Uno de los grandes peligros del comercio en aquella época era el dominio musulmán de la costa mediterránea, que daba lugar a la captura de miles de personas que eran sometidas a esclavitud, a no ser que se pagara por ellas un rescate.

Como hábil mercader, Pedro descubrió el “negocio” de su vida, al que se sintió llamado, y que consistía en comprar la libertad de los que habían sido capturados. Esta empresa lo llevó a gastar todo su dinero y a buscar después medios con los que seguir financiando más rescates. Tan ruinosa inversión desde el punto de vista material, tenía sin embargo una rentabilidad enorme desde la óptica de la fe, porque ¿cómo de valiosa es la dignidad de cada ser humano?

La aparición, en 1218, de la Virgen María con un hábito blanco lo llevó a fundar la Orden de la Virgen María de la Merced de la redención de los cautivos, que recientemente ha celebrado sus 800 años de historia.

Al entrar en la Orden, los miembros se comprometían a quedarse como rehenes en lugar de algún cautivo que estuviese en peligro de perder la fe, en caso que el dinero no alcanzara a pagar su redención. Este arrojo de los mercedarios, imitadores de Cristo en su papel redentor, dando la vida por sus hermanos, movió a muchas personas a contribuir con limosnas al crecimiento de la Orden, que pronto llegó a ser muy numerosa. Hasta el mismo Pedro llegó a ser capturado como esclavo, pero consiguió finalmente la libertad. Murió tal día como hoy de 1245.

El mensaje de Pedro Nolasco está hoy de plena actualidad, pues nuestras costas siguen siendo zonas donde a diario se pone en juego la dignidad humana. El testimonio de Pedro Nolasco nos invita a ponernos en el lugar de quienes tienen que huir del hambre, de la guerra, de la explotación... Solo así entenderemos por qué sus vidas son igual de infinitamente valiosas que las nuestras.

Familia Mercedaria en Málaga

La familia mercedaria que bebe de la espiritualidad de san Pedro Nolasco cuenta con presencia en Málaga a través del monasterio de religiosas contemplativas de Ntra. Sra. de la Merced, en el barrio del Molinillo, así como con la de las Mercedarias de la Caridad en Alameda.