NoticiaEntrevistas

«En mi pueblo no hay signos de vida»

Publicado: 24/03/2015: 12227

Salar Kajo es sacerdote católico de rito caldeo y natural de Irak. En la actualidad realiza un doctorado sobre el Estatuto Personal Islámico de Irak.

«Nadie puede conocer mi sufrimiento. He pasado noches sin dormir porque sé que mi familia allí está durmiendo en la calle o en el coche bajo el calor de allí»

¿Dónde vives?

Soy de Irak de la ciudad Nínive, de un pueblo que se llama Alqosh. Soy sacerdote de la iglesia caldea desde hace 7 años. 

¿Qué porcentaje de la población de Irak es católica?

Hay muy pocas personas que lo sean en estos momentos, a causa de la inmigración, la guerra... mucha gente ha dejado el país. Antes había alrededor de un millón y medio, pero ahora estaremos unos 400 mil personas.

¿Hay miedo a ser cristiano en Irak?

No. Hay muchas familias que podrían cambiar la confesión de fe y vivir en paz. Pero no han aceptado esto porque dicen que en nuestro corazón existe una fuerza que nos da y nos empuja para continuar a ser cristianos.

¿Cómo es la relación entre los musulmanes u otras confesiones religiosas y los cristianos?

Antes de los últimos acontecimientos, teníamos relaciones muy fuertes y muy bonitas con los musulmanes y otras religiones. Pero no sabíamos que ellos nos traicionaban en esta manera, porque son ellos los que han perseguido a los cristianos, han robado en sus casas y todavía no niegan todo lo que hace el Estado Islámico.

¿Qué es lo que está haciendo el autodenominado Estado Islámico con los cristianos en Irak?

Está llevando a cabo una persecución contra ellos matándolos, expulsando a las familias de sus casas... aunque los cristianos estuvieran en esos pueblos muchos siglos antes que los propios musulmanes. Los están obligando a dejar sus casas porque dicen que tienen que preparar el territorio islámico, limpio de todo cristiano, porque el Corán dice que ellos esperan al segundo Magdi que es un visionario enviado de Dios. Y  esto sucede cuando hay un territorio limpio, en el que solo hay musulmanes. Por eso dicen que esta no es nuestra tierra.

En esa persecución, ¿hay alguna ayuda o apoyo por parte del gobierno iraquí o por parte de otros gobiernos extranjeros?

No.  La única, es la Iglesia. El gobierno irakí ha dejado estas zonas en mano de los terroristas. Todavía, dicen que están llevando a cabo proyectos paras ayudar pero esto no es cierto. Porque al final, hay muchas familias que están en la calle, que viven en colegios...

Por parte de Iglesias locales o por el Vaticano, ¿se recibe apoyo?

Sí, el Papa Francisco ha mandado a su representante personal, Fernando Filoni. Cada día, escribe por Twitter palabras de apoyo y también ha mandado a un sacerdote iraquí que está trabajando con las familias en la calle. Aquí también las iglesias de occidente realizan colectas de dinero para ayudar a las familias.

¿Qué es lo más cruel que has visto en las persecuciones de tu país?

La traición de los musulmanes, que eran vecinos de nuestras casas. Es una cosa que duele mucho y no podemos aceptarlo.

¿Cómo vives esta situación desde la distancia?

Nadie puede conocer mi sufrimiento.  Hay mucha gente que me apoya aquí pero no es igual. He pasado noches sin dormir porque sé que mi familia allí está durmiendo en la calle o en el coche bajo el calor de allí.  En mi pueblo el mercado no abre, no hay gasolineras... no hay signos de vida.

¿Cómo es tu oración ahora, qué es lo que brota de tu corazón a la hora de rezar?

Mi oración ha cambiado mucho, porque la oración sola no hace nada.  Les digo que rezo por ellos. Me dicen gracias pero no es suficiente porque ellos necesitan de verdad una ayuda y apoyo para mejorar su vida.

Cuando leemos informaciones sobre el Estado Islámico, observamos que es imposible combatir contra esto salvo que se utilice la violencia. ¿Cómo crees que tiene que ser la salida para evitar esa violencia?

Los países  que han formado estos grupos terroristas pueden destruirnos si quieren. Pero si no llegan al punto que desean no lo harán. Es una política más grande de lo que pensamos, estos grupos tienen gran fuerza, armas, dinero... y me pregunto, ¿de dónde reciben todo eso? Son los mismos grupos de Siria, que eran apoyados en cierta forma por Occidente y América. Son las mismas personas pero en Siria tienen otro nombre y en Irak otro.

Diócesis Málaga

@DiocesisMalaga
Más noticias de: Entrevistas