NoticiaCoronavirus DIARIO DE UN CONFINAMIENTO. Francisco García Villalobos Francisco García Villalobos Publicado: 30/03/2020: 19981 Francisco García Villalobos es Secretario General-Canciller de la Diócesis de Málaga. Estoy viviendo el confinamiento con paciencia. De todas formas, soy bastante casero y no me resulta excesivamente penoso enclaustrarme. La cuestión es organizar bien el día para no caer en la desidia ni estar todo el rato flagelándose mirando las noticias en el móvil. En ese sentido lo único que he tenido que hacer es adaptar una rutina que habitualmente hago, preparar los objetivos a cumplir durante la semana (los fijo el domingo por la tarde) y su concreción para cada día (la noche antes). Precisamente este confinamiento permite disponer de más tiempo efectivo. EL TRABAJO En la Secretaría General podemos teletrabajar sin problema, gracias a los medios que ya nos tenía habilitados Florencio, del Departamento de Informática. Tenemos también los teléfonos desviados y procuramos atender todas las peticiones y consultas, que se han multiplicado, dado el territorio inédito en el que estos días nos movemos. Se echa de menos el contacto humano, evidentemente, y no todas las tareas se pueden realizar… pero en lo que respecta a sacar adelante lo esencial del trabajo, estoy bastante satisfecho. LA FAMILIA Esta es una buena ocasión para compartir más, y para redescubrirnos. Se comparte todo: desde planear y hacer la comida, ver una película juntos, hablar, reírnos o enfadarnos… Aquí no hay escapatoria, y todos tenemos que poner las cartas sobre la mesa. Sí temo por aquellas familias donde haya problemas graves de convivencia, porque pueden saltar muchas chispas. Gracias a Dios no es nuestro caso. VIDA DE FE Pienso que hay que hacer siempre una lectura creyente. El hecho de que todo esto haya ocurrido en Cuaresma tiene que indicarnos algo para nuestras propias vidas. Desde luego, ha sido una bofetada para nuestra autosuficiencia. Nos creemos los reyes y de repente un virus nos pone patas arriba todo el sistema. En este momento de crisis/oportunidad tenemos que ver con más claridad qué quiere Dios de nosotros. Y desde luego, en estas situaciones más extremas, aparece lo mejor y lo peor de cada uno. También en este aspecto las cartas se nos ponen, ellas solas, boca arriba.