En esta ocasión cuentan con la participación de la Schola Gregoriana Sancte Benedicte, de la Parroquia de la Inmaculada de Arroyo de la Miel, que ofrecerá cantos gregorianos durante la realización de las visitas guiadas que ayudarán a los asistentes a trasportarse a una época totalmente distinta y a entender el recorrido teológico de la torre: el viaje del alma desde el Purgatorio hasta el Cielo.

El recorrido incluye la visita a la Cripta, al Camarín y el retablo del Altar Mayor, y estará amenizado por cuatro piezas de canto gregoriano. Se realiza las noches del 31 de octubre y del 1 de noviembre, con cuatro pases distintos a las 21:00, 22:00, 23:00 y 00:00, cada uno de ellos de alrededor de una hora y cuarto de duración.

El precio es de 12 euros por persona. Las entradas para estas visitas nocturnas están ya a la venta en www.cultopia.es y el aforo es limitado, por lo que las plazas suelen agotarse rápidamente. Parte del dinero recaudado irá destinado para el mantenimiento de este monumento.

Música de Réquiem

Y también se encuentran ya a la venta las entradas para la última actividad de este año, “Música de Réquiem en la Cripta de la Victoria” que se celebrará el próximo 22 de noviembre por el Día de la Música. Este espacio acogerá por primera vez un concierto íntimo a capella representando una joya musical de Cristobal Morales, conservada en nuestra Catedral, que apenas ha sido interpretada y que se remonta a la conquista de los Reyes Católicos.

La Música de Réquiem se denominó así por ser lo primero que decía el sacerdote en el altar al dar principio a la misa de difuntos «Requiem aeternam dona eis, Domine » (dadles, Señor, el descanso eterno), es un género vocal muy vinculado a la reflexión sobre la fugacidad de la vida, la serenidad ante la muerte y la esperanza ante el futuro. El oficio y misa de difuntos de Morales, de extraordinaria pureza y serenidad, llegó a sonar en los funerales del propio Emperador Carlos V, y servirán para rendir homenaje a su propia persona y dar luz a los Condes de Buenavista, de cuerpo presente en la penumbra, promotores de este conjunto único, con unos sones celestiales.