La mejor forma de ayudar a una persona es animarla a que descubra la senda marcada por la vitalidad. En una vieja revista veo: «una silla de ruedas y sobre ella un joven sin piernas ni brazos». Al pie de foto leo: «Hirotada Ototake, de 22 años, ha escrito uno de los libros más vendidos en el Japón: "Insatisfecho por los cuatro costados", en el que sostiene la siguiente tesis: "No es lo mismo estar insatisfecho que ser infeliz. Se puede ser feliz, aun estando insatisfecho". 

Y añade: «No tengo manos ni pies como vosotros; no tengo muchas posibilidades que vosotros tenéis; quisiera compartir, como otros chicos de mi edad, mi vida con una novia... Pero una cosa es estar insatisfecho y otra ser infeliz. Os digo que se puede ser feliz y encontrar sentido a la vida en una situación como la mía. Me pregunto si todos los que estáis "satisfechos por los cuatro costados" sois felices o no...». La senda de la vitalidad conduce a lo mejor de uno mismo, es la senda de Dios.