“A mí me enseñaron que hay que mirar a los ojos y no al ordenador cuando una persona te habla, a los jóvenes de hoy les veo mucho twitter y mucha historia, pero mucho plástico. Hay que currar más. Creo que hay demasiada comunicación y poco humanismo en el siglo XXI” explica el hermano mayor de la Congregación de los santos patronos de Málaga Ciriaco y Paula, Antonio Domínguez, cuya labor se centra en dar a conocer a los patronos de la capital de la costa del sol.

Hijo, nieto, padre y abuelo de cofrades, Antonio Domínguez Ruiz, nació en calle la Victoria en 1951. Salió por primera vez de nazareno con 11 años, y desde entonces no ha parado, sería más fácil contar las cofradías con las que no ha tenido contacto, ya que prácticamente ha colaborado con la mayoría de ellas de una manera u otra. “Yo creo que las cofradías son una mina sin explotar, los jóvenes están en la cofradías, habrá que ir allí a pescar, el Señor fue a Tiberiades a buscar a los pescadores. Las cofradías ponemos a los jóvenes en el primer escalón de la iglesia, lo demás lo tiene que hacer el cura, animándolos, ese es mi punto de vista, igual estoy equivocado, pero he visto muchos a muchos jóvenes acercarse a Dios a través de ellas”.

FIESTA

“Me gustaría que los malagueños este año se echen a la calle porque el domingo 26 de mayo vamos a llevar a los santos en romería hasta Martiricos, allí se colocará un mosaico, que ha regalado el Ayuntamiento, donde estaba la antigua ermita y se hará un arroz al que todo el mundo está invitado y posteriormente habrá actuaciones de grupos folclóricos.

Este año el día 18 de junio será fiesta en la ciudad en honor a los patronos, hecho que llena de orgullo a Antonio Domínguez, ya que se trata de “una de las fiestas más antiguas de Málaga, además los Mártires, es la iglesia más visitada, hay cola esperando a que abran la iglesia, lo digo porque lo he visto. Los Mártires es la iglesia numero uno de Málaga”.

Corría el año 303 cuando los patronos, entonces dos jóvenes amigos llamados Ciriaco y Paula trabajaban en una panadería en la calle Santos y alguien los acusó de ser cristianos durante la persecución de Diocleciano. A pesar de ser torturados no consiguieron arrodillarlos ante los ídolos paganos, ni que renunciaran a Cristo, por lo que acabaron siendo apedreados junto al río Guadalmedina. Tras la toma de Málaga por los Reyes Católicos en 1487, el Papa Inocencio VIII mandó edificar una parroquia de nueva planta en su honor, de hecho, la parroquia de los Mártires es la primera que no se construyó sobre una mezquita, tras la Reconquista. La propia parroquia conserva cuatro mosaicos en los que se relata esta historia.