Según explica el párroco, Francisco Cuenca, «en enero de 2013 fue sustraído de la parroquia en un robo, la Guardia Civil lo recuperó y lo entregó de nuevo a la parroquia, quedando reservado del culto público por el mal estado en que se encontraba».

Este relicario está catalogado como Patrimonio Histórico de la Villa de Ardales. En él se conserva un pañuelo con sangre, trozos de hábito, el cilicio y el flagelo del beato, y una parte de su cama y un trozo de su féretro».

Junto al relicario, también se expuso a veneración pública la reliquia que se conserva en la parroquia.

«Fue un día de inmenso gozo, para la parroquia y el pueblo de Ardales, se notaba la alegría de la gente porque el relicario volvía a la iglesia de la que fue sustraído», añade el párroco.

A la Eucaristía y al acto de presentación asistieron innumerables fieles. Francisco Ortiz, historiador de la Villa de Ardales hizo una breve reseña del paso de Fray Diego José de Cadiz por el pueblo y de cómo llegó el relicario a la iglesia parroquial. Después, José Maria Muñoz-Poy y Rafael Aguilera, restauradores del relicario, explicaron cómo fue el proceso de restauración y lo emotivo del trabajo por ser una pieza tan poco común y a la que la gente le tenía tanto cariño.