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Religiosas de María Inmaculada

Publicado: 06/12/2015: 22921

CARTA ABIERTA. Pilar Rullo. Superiora de las Religiosas de María Inmaculada, en Málaga.

Las Religiosas de María Inmaculada, las “monjas” de la calle Victoria,72, fueron fundadas en el siglo XIX, 1876, por santa Vicenta María López Vicuña. Cascantina, de pura cepa navarra. Ya, desde su infancia, la educaron en el amor a María, la Virgen, Madre de Dios.

Cuando se traslada a Madrid para recibir una educación cuidada y esmerada, como recibían las hijas de la clase alta, socialmente hablando, entra en contacto, a través de sus tíos, con una obra social, que desde la Doctrina Cristiana, ellos, habían comenzado: la acogida de las jóvenes sirvientas que quedaban abandonadas en los hospitales y sin tener dónde ir cuando salían de ellos. Vicenta María, movida por su deseo de ser del Señor, ante la opción de ser salesa o fundar una Congregación que cuide de estas “pobres chicas”, tras un serio discernimiento a través de la vivencia de los Ejercicios Espirituales, decide fundar el “Instituto”.

Tras los diálogos y encuentros, desencuentros con su padre, idas y venidas, visitas a prelados, búsqueda de casa para comenzar la Obra de las Sirvientas, el 11 de Junio de 1876 se funda el Instituto de las Hijas de María Inmaculada para el servicio doméstico y protección de la joven en general.

Por qué María: Porque la espiritualidad de Vicenta María se alimenta de la experiencia de entrega de la Virgen al plan de Salvación de Dios, siendo la Madre de Jesús, el Hijo de Dios. María con todo su ser de mujer que está a la escucha, desde su sencillez, humildad, servicio, marca la vocación de toda religiosa de María Inmaculada.

Por qué Inmaculada: El carisma de la congregación fundada por Vicenta María, es preventivo, es decir, acompañar, caminar con ellas «para que las chicas no se dejen llevar de los peligros del mundo», proporcionarles un hogar y trabajo dignos que les hagan mujeres sanas y honradas, una educación en la fe que les haga experimentar el don de ser salvadas por Jesús y así transmitir el gozo de la Salvación   una vida santa como santos somos todos los que formamos el Pueblo de Dios. 

Y así, día tras día, llegamos al hoy con María Inmaculada, religiosas, jóvenes, Movimiento Laico Vicenta María, y tantas y tantas empleadas de hogar que pasan por nuestra casa, empleadores que   “chica”, colegialas que aman a la Virgen y año tras año recuerdan que a las 6 de la mañana se reunían para comenzar la fiesta de la Madre Inmaculada colaboradores y empleados. Ella nos une en su amor de Madre y en el amor a Dios, Padre, Hijo y Espíritu. Gracias por ser Nuestra Madre, María Inmaculada.

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