Y por poco (espíritu) que hay en mí, /
lo he diferido hasta ahora /
que el Señor parece que ha abierto un poco /
la noticia y dado algún calor /
(Llama de Amor viva. Prólogo)

Como viento sobre hojas de palmera se nos cruzan cada día. Vienen del norte o del sur, de los viejos sentados o, escritas, se dejan lavar por la lluvia en las esquinas. Pero sobre todo las noticias vienen del alma confusa, quebrada de mirarse en las comparaciones, rebelde a más renuncias de aventuras y soledades.

Nacemos ya frenados por familiares quemaduras. Las noticias sobre bienes y males, sobre lo que se debe hacer o no se debe, se trasmiten silenciosas por los labios oscuros de la sangre. Hubiese preferido, como san Juan de la Cruz, nacer sin equipajes. Y que la noticia de lo espiritual, como a fray Juan, me hubiese llegado por la saliva del beso. La noticia de Dios, sin embargo, me vino trasvasada, ruinosa a veces, sin el calor que cada frío precisa.

El blanco paisaje de Granada ardió sin remedio con su Llama.