Como explica el párroco, Alfonso Arjona, «el lunes comienza la actividad normal en la parroquia, y se celebra la Eucaristía por las mañanas, lo que ha sido posible gracias a la red que han colocado en el techo, y la limpieza general que se ha llevado a cabo. Es importante que tengamos paciencia cuando hay obras porque siempre son para mejorar y mantener el patrimonio que es de todos y nos tiene que preocupar a todos. Más adelante, habrá que hacer una obra mayor, porque lo que se ha llevado a cabo es un arreglo provisional».

Por su parte, el deán de la Catedral, Antonio Aguilera afirma que «los trabajos, que comenzaron en el mes de septiembre, continuarán durante bastante tiempo, ya que las catas se siguen llevando a cabo para ver cómo están los cimientos originales. Pero de momento, una vez que se ha comprobado cómo es la grieta que hay en la actualidad y tras la colocación de la red, los técnicos han dicho que puede continuar abierta al culto. Además, los técnicos han comprobado cómo es la bóveda tabicada que hay bajo el tejado y que está en muy buenas condiciones, incluidas las maderas». 

Los arquitectos de la Catedral, Juan Manuel Sánchez La Chica y Adolfo de la Torre Prieto, explican que «con estas catas arqueológicas, en las que estamos encontrando restos de épocas muy distintas, pretendemos descubrir los proyectos de conservación que se le hicieron al edificio en el siglo XX. Durante los años 50, los arquitectos Prieto Moreno y Enrique Atencia, preocupados por la solidez del edificio, proyectaron una serie de actuaciones y estas son las que estamos comprobando si se llevaron a cabo o no. Las del muro exterior las hemos encontrado, pero todavía seguimos buscando las actuaciones previstas en el interior».

Además, «hemos comprobado el estado de las grietas en la parte superior y los refuerzos que se hicieron tanto en los años 50, como en los 90 y existen bastantes grietas. Unas, están abiertas, que son las que nos preocupan en este momento; y otras, que se repararon antiguamente y no se han abierto. También hemos descubierto que la grieta va desde el tejado hasta la cimentación. Es decir, la grieta rodea totalmente la iglesia, como si estuviera partida. Lo curioso es que, aunque esté roto, la cubierta de madera es capaz de asumir los movimientos del edificio y evitar así que entre agua».

Sánchez La Chica afirma que «hoy sabemos que algunos de los arreglos que se llevaron a cabo funcionaron, pero en general no, porque de hecho se ha vuelto a partir el edificio. Es un tema muy interesante pero muy complejo, primero debemos recuperar toda la documentación, ver las actuaciones que se llevaron a cabo y cuales no y, cuando tengamos todos los datos sobre la cimentación existente, podremos dar un diagnóstico definitivo. En definitiva, nos encontramos ante un problema de cimentación, que viene de antiguo y que se ha intentado solucionar de maneras distintas. Hoy día disponemos de tecnología totalmente distinta y tanto el Cabildo como nosotros estamos poniendo todos los medios posibles para intentar conservar el edificio lo mejor posible».