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Ángel

Publicado: 06/08/2013: 1291

•   Micro-relato de verano de Lorenzo Orellana, sacerdote

Ángel, síndrome down, pertenecía al grupo de los jóvenes de la parroquia y su presencia nos hacía más generosos a todos.

Un día, su padre esperaba que le contase qué tal lo había pasado en la visita cultural programada por su centro escolar. Por eso, cuando fue a recogerlo, le preguntó: «¿Qué tal la excursión?» «Tú no digas nada, le respondió muy serio, pero es que yo no he ido de excursión». «¡Que no has ido!» «No, no he ido», repitió moviendo la cabeza. 

El padre permaneció en silencio y Ángel se abrió de brazos y prosiguió con un leve tartamudeo: «Es que a Juan, mi amigo, se le ha muerto la abuela». «¿Y tú qué has hecho?», inquirió el padre. «Pues me he quedado con él». «¿Aquí, en el patio?» «Sí, aquí». «¿Los dos solos?» «Sí, los dos solos». 

«¿Y qué habéis hecho?» Ángel alzó la cabeza, miró a su padre y respondió: «Nos hemos sentado en el suelo».«¿Nada más?» preguntó el padre. «Sí, hasta que Juan se puso a llorar». «¡Ah!, y entonces tú ¿qué hiciste?» «Pues, que me puse a llorar con él». 

El padre abrazó a Ángel y le dijo: «Eso hacen los buenos amigos». Ángel sonrió, abrió los brazos y murmuró: «sabía que tú lo entenderías». 

Jesús dijo a sus discípulos: «cuando oréis decid: Padre nuestro».

Autor: Lorenzo Orellana, sacerdote

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