La crónica que remiten desde ANE, refleja que «los adoradores se concentraron en primer lugar en la Iglesia de la Divina Pastora, partieron sobre las 20,30 h. en Procesión de Banderas hasta la Iglesia de la Encarnación, cada sección portando su bandera y los adoradores flanqueando ambos lados, durante el itinerario se hicieron cantos de alabanza al Señor. 

Al  llegar a la Parroquia de Santa María de la Encarnación Federico Cortés Jiménez dio la bienvenida a todos los adoradores que formaban el cortejo cuando esta entraba por el elegante y antíguo pórtico principal del templo parroquial, los abanderados colocaron las banderas en el prebisterio, dando comienzo la Sagrada Eucaristía acompañada de las vísperas.

A cada adorador y asistente se le entregó una separata para seguir y participar en la vigilia. Actuó como monitor Bartolomé Ordoñez, miembro del Consejo Diocesano de ANE y de acólito Rubén Camacho Fernández».

En la homilía, Cortés recordó «"que el Señor nos ha llamado por nuestro nombre para darnos la misión de rezar, orar con Él, además en un momento del día concreto, en la noche mientras otros descansan. Esa es nuestra misión". Y nos exhortó a "continuar perseverantes con nuestras vigilias y en presencia de Dios rezar como Él nos ha pedido"».

Tras la comunión, en torno a las 22,30 horas, «se hizo la Exposición de Su Divina Majestad sobre la Mesa de Altar rezándose la oración de presentación de adoradores y el invitatorio. A continuación una adoradora dirigió el Santo Rosario. A partir de ahí se fueron sucediendo los diferentes turnos de vela formados por adoradores de las secciones presentes. Marbella, San Pedro de Alcántara , Coín, Arroyo de la Miel,  Benalmádena-Costa y Málaga. Una característica sobresaliente de la Vigilia de Espigas es la bendición de los mares y los campos con el Santísimo. Así, se organiza una procesión con su Divina Majestad bajo palio portando la Sagrada Custodia el sacerdote hasta un altar al aire libre que se montó cerca de la Parroquía y donde se discurrió por las recoletas calles de la feligresía». Durante el recorrido, los adoradores «de nuevo cantan y alaban al Señor haciendo peticiones por las vocaciones sacerdotales, religiosas, por los jóvenes, por los gobernantes, por la paz en el mundo, etc., tanto a la ida como a la vuelta. Tras la jaculatorias al Santísimo y Reserva se cantó la Salve Regina. Sobre las cuatro de la madrugada del domingo se concluyó esta magnífica vigilia que tiene un carácter de hermandad y un sentido más festivo entre los adoradores».

Desde ANE agradecen «a los adoradores de Martbella, turnos San Bernarbe y Divina Pastora así como a Don José Sánchez Herrera su colaboracion y participación para que esta vigilia se haya podido llevar a cabo».