Tenemos conciencia clara de que la Catedral es el primer templo de la diócesis, la iglesia madre en nuestra diócesis, podemos decir. Y es evidente, por otra parte, que nuestra catedral es el monumento más importante de la ciudad de Málaga.

¿Qué duda cabe, por tanto, que recibir el encargo de prever, atender, cuidar y planificar la atención de este edificio, en todo lo que respecta a su arquitectura, es una honra y una satisfacción para quien lo recibe?

Es el caso de Mané, Juan Manuel Sánchez La Chica, arquitecto amante de su profesión y entregado a ella, profesor en la universidad por vocación y por admiración a quienes fueron sus profesores. Profesor hoy y, a la vez, aprendiz de sus compañeros y de sus alumnos.

Por eso quienes conocemos a Mané indudablemente nos alegramos de este encargo que se le hace: ¡el cabildo de la catedral te felicita! Y nos felicitamos contigo.

Viendo su forma de trabajar tan concienzuda, constante y serena, sus buenas relaciones y buen trato con las instituciones a las que se acerca, su cariño a la Catedral desde el primer momento en que comenzó a colaborar en la elaboración del Plan Director y su forma de ser sencilla, cercana y cordial en todo y con todos tenemos asegurado un excelente trabajo para los años venideros.

La catedral es centro religioso y monumento arquitectónico. Religiosidad y arquitectura están en las venas de este hombre. Él aprendió desde niño en su familia la responsabilidad, el trabajo bien hecho y el servicio, y en ello continúa.

Seguro que este joven, y ya experimentado arquitecto, será una gran ayuda para cuidar nuestro templo madre y acrecentar su valor en el tiempo presente, porque la catedral está viva, y continúa su andadura. ¡Y Mané sabrá orientarnos perfectamente!