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Sembrando Esperanza

Publicado: 01/12/2010: 1389

«Feliz Navidad», esa es la frase que oirán de boca de los niños catecúmenos y alumnos de colegios de inspiración cristiana, al mismo tiempo que les pondrán una pegatina en forma de estrella en la solapa. No intenten pagar por ese gesto, ya que sus aguinaldos no serán aceptados por los llamados "Sembradores de Estrellas".

Su pretensión no es otra que anunciar, a modo de misioneros, que se acerca la llegada del Niño Jesús. Para ello, para llevar la buena noticia a todos los seres, en la mañana del próximo día 11 de diciembre, se prepararán con guitarras y, sobre todo, con muchas ganas e ilusión. Celebrarán, de la mano del delegado de Misiones, Lorenzo Orellana, un acto en la Catedral, y se dispondrán a ir a las calles de la ciudad. 

JÓVENES: EL PRESENTE

Y es que la Navidad es una época muy propicia para catequizar, y qué mejor manera que empezar por los más jóvenes. Estamos hartos de oír en boca de todos los políticos, sean del signo que sean, y en diversos medios de comunicación, que los jóvenes son el futuro. Pero no es así. Los jóvenes no son el futuro, son el presente. A la vista está que no son un sector inactivo. Más bien al contrario. Y, ¿qué mejor forma de llegar a las nuevas generaciones que el testimonio de otra persona de su misma edad? Sentirse identificado es muy importante. Pero, a pesar de que son un grupo clave, no hemos de olvidar que  nunca es tarde para conocer a Jesús y acercarse a Él. 

Volviendo a la Navidad, hay que señalar que la siembra de estrellas no es la única actividad que veremos en estos días. ¿Acaso en alguna casa cristiana falta, en estas fechas, un Niño Dios junto a la Virgen María y a san José? No debería estar ausente en ninguna. 

Las iglesias instalan belenes y en ellas se adora, con especial ahínco, la imagen del Niño Dios, que se ha hecho hombre y pobre. Grupos parroquiales  también evangelizan públicamente llevando la buena noticia por las calles, con cantos y oraciones. Los encuentros y retiros se suceden unos tras otros. 

Toda preparación es poca para lo que se avecina y hay mil y una formas de abrir la puerta al Niño que todos estamos esperando. ¿Se la cerrarías tú?

Autor: diocesismalaga.es

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