¿Cómo llega hasta su nuevo proyecto ‘Líricas’? ¿Qué significa para usted? Háblenos un poco del nuevo disco.

Pues llego porque tengo la necesidad de crear. Me considero un creador y a su vez, amante de la poesía y de mi tierra. Tengo formación clásica, realicé tres carreras en el Conservatorio Superior de Música de Málaga y por tanto, todas circunstancias han dado a lugar un disco así. Líricas significa un giro inesperado en mi carrera compositiva. Vengo de un disco anterior muy ecléctico, con estilos tan variados como el jazz, el flamenco, el R&B o el funk. Me gusta explorar, abrirme a nuevos retos, y este, mi segundo disco, es buena muestra de ello.

Líricas es un disco a piano y voz. He musicado ocho poemas malagueños para ser interpretados por cuatro de las mejores voces del ámbito nacional e internacional del género lírico: Berna Perles (Málaga), Leonor Bonilla (Sevilla), Amalia Avilán (Colombia) y Mercedes Gancedo (Argentina). Es un ejercicio de sinceridad, cuya temática tiene como clave de bóveda el amor, y, honestamente, creo que ha quedado un trabajo muy intenso y apasionado. En la presentación que tuvo lugar en la Sala María Cristina de nuestra ciduad, vinieron casi 400 personas y varios medios de comunicación, fue un éxito total. Me siento orgulloso de haber emprendido un proyecto personal sin el abrazo económico o institucional de organización alguna. Nadie me ha regalado nada, y me valgo de mí mismo para acometer mis proyectos.

¿Por qué la música? ¿qué es lo que hace especial a esta área del conocimiento?

La música es el lenguaje universal. Es el mejor vehículo para expresar y comunicarte desde que somos niños, es algo innato y poderosamente bello.

¿Qué tienen la música y la docencia en común?

Pues mucho. Para mí la música es el mejor vehículo para transmitir ideas, valores, sentimientos e incluso asuntos que a priori no tienen nada que ver con ella. Ahora que la innovación educativa es una realidad en nuestras escuelas y los trabajos por proyectos son parte de nuestra identidad pedagógica, la música ocupa un lugar esencial para afrontar numerosos trabajos.

¿Qué significa para usted ser docente de la Fundacion Victoria?

Es un reto. Me siento orgulloso de llevar casi veinte años impartiendo clases en esta gran familia. Mis alumnos se sienten orgullosos de ver que su profesor se dedica profesionalmente a la música, y eso es maravilloso, crea un vínculo muy especial y una admiración muy hermosa.

¿Y cómo se siente al estar rodeado de niños con ganas de empaparse de música?

No nos vamos a engañar. No son buenos tiempos para la lírica. La cultura basura, la impaciencia, el ruido, el exceso de información, la sobrecarga de actividades, etc… , dificulta entrar en sintonía con ellos, pero por eso mismo, la música se convierte en vital e imprescindible para parar el tiempo, conducirlos hacia la reflexión interior y hacerlos mejores personas en estos tiempos de enorme distorsión.

¿Qué aporta la música a los niños? ¿Y cómo se cuida en los colegios de la fundación?

Aporta reflexión, paz, autocontrol, sensibilidad, belleza, verdad, justicia y bondad enre otras muchísimas cosas. En la Fundación la música ocupa un lugar muy importante, nos lo hacen saber constantemente y buena muestra de ello es la escuela de música que funciona en nuestros centros.

Bissanta Pereira