Noticia Vicente de Paúl, patrón de la caridad San Vicente de Paúl y santa Luisa de Marillac Publicado: 27/09/2015: 9701 El 27 de septiembre fue la fiesta de san Vicente de Paúl, patrón de toda la familia vicenciana. El P. Miguel Romón Vita, C.M., párroco de San Miguel de Málaga en los años 80, comparte esta «pequeña historia de un hombre, en el siglo XVII, comprometido con el pobre». Una pequeña historia de un hombre, en el siglo XVII, comprometido con el pobre. Vicente nació en el año 1580, hijo de padres cristianos y hermano entre varios. Desde niño destacó por su inteligencia, por lo que pronto, y con verdadero sacrificio, sus padres lo enviaron a estudiar. Tuvo un tío sacerdote, y el ambiente familiar y del colegio lo llevó al deseo de serlo él también. No sorprende su ordenación sacerdotal en el año 1600. Desde su juventud tiene interés por la formación personal y la enseñanza de niños y jóvenes. En su actividad desea y encuentra la llamada de Dios en el abandono numeroso de tantos pobres y enfermos. A semejanza de santa Teresa de Jesús, hacia sus cuarenta años, se entrega a una doble misión: atender a Cristo en los pobres y reforzar en sí mismo la fe en la caridad e inventiva por la dignidad y salvación de todos. Desde principios del siglo XVII, Francia es un hervidero de ideas, de pasiones religiosas y políticas, de ensayos doctrinales y organizados. El cardenal Berulle, que introdujo a las carmelitas, funda la Congregación del Oratorio para formar sacerdotes selectos; y llega a naturalizar las corrientes místicas de España, Alemania e Italia. San Vicente se pone en este camino. Pero cada vez siente más el abandono global e integral de los abandonados; siente la necesidad y creatividad de llegar a la pobre gente rural, de preparar y llevar a cabo el Concilio de Trento con respecto a sacerdotes preparados y entregados. La bondad de san Francisco de Sales le lleva a vivir en unos valores auténticos que constituyen su transmisión de la salvación, sobre todo al pobre, desde las virtudes de la sencillez, la humildad, la mortificación, la mansedumbre y el celo por la salvación. Y lo vive Vicente, que arrastra hasta a los no creyentes, por la amable fuerza de su santidad. Esto mismo busca en sus fundaciones, especialmente de misioneros (aquí llamados Paúles). La Iglesia, el 16 de abril de 1885, le declara patrón universal de las obras de caridad, como lo es de Cáritas. Un gran escritor y biógrafo de san Vicente de Paúl dice que «vive para siempre en la gloria con los pobres, por sus obras y la memoria de los hombres». Él anticipó el hecho de una Iglesia pobre y para los pobres como quiere el papa Francisco también hoy. Y esto seguimos buscando los padres paúles. Dejamos de atender la parroquia de San Miguel, pero mantenemos nuestra presencia en Málaga al servicio de los movimientos vicencianos y de la Diócesis.