NoticiaReligiosas Las Dominicas dejan Antequera después de casi cuatro siglos Publicado: 27/07/2023: 11351 Vida Contemplativa El Obispo de Málaga ha celebrado el jueves 27 de julio la Eucaristía de acción de gracias en el convento de las Catalinas de Antequera por su presencia en la diócesis durante todo este tiempo. Las religiosas dejan Antequera y con ella, su presencia en la diócesis de Málaga, y se unifican con el Monasterio de la Purísima Concepción, en Jaén. En 1639 llegaron a Antequera las primeras religiosas dominicas provenientes del convento de Santa María de Lucena para llevar a cabo la voluntad de Francisco de Padilla, magistral de la Colegiata y tesorero de la Catedral de Málaga, quien dejó en su testamento 800 ducados para fundar en Antequera un monasterio de religiosas dominicas. Este fue fundado en 1650, en primer lugar ubicado en calle Pazillas y trasladado posteriormente al Coso Viejo. El actual convento de “Las Catalinas” ha sido, en los últimos años, la casa de una comunidad de la que ya solo quedan tres religiosas, y que por decreto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica ha sido incorporado al Monasterio de la Purísima Concepción de Jaén, quedando las hermanas profesas solemnes incardinadas a este, sumándose a sus ocho hermanas. Sor Marcelina Contreras ha sido la superiora hasta ahora de la comunidad de Antequera. Ella lleva 26 años en Antequera y aunque reconoce que humanamente cuesta dar un paso así, afirma que «tenemos que hacer la voluntad de Dios, ser fieles en lo que Él quiere. Somos hijas de obediencia y estamos dispuestas. La gente de Antequera nos quiere como nosotras a ellos y nos manifiestan también su tristeza, pero vamos con el sí por delante. Seguiremos al pie del cañón donde y mientras Dios quiera». En la Diócesis ha habido presencia dominica femenina también en la capital, con dos conventos: el de El Ángel, fundado en 1625 por unas beatas dominicas, que pasó por varias ubicaciones (entre calle Granada y plaza Mitjana y en el barrio del Molinillo) y que acabó con el incendio de 1931; y el de la Aurora y Divina Providencia, fundado por terciarias dominicas en 1728 en la calle La Puente, en el Perchel, donde se conserva su camarín, y trasladado con posterioridad a calle Andrés Pérez, donde se levantó con una bella iglesia en cuya construcción participó el maestro Aldehuela. La falta de vocaciones a la vida contemplativa obligó también a su cierre en 2006.