DiócesisComentario al Evangelio

Comentario al evangelio del domingo V de Cuaresma (29 de marzo de 2020)

Publicado: 23/03/2020: 6672

Fernando Motas SJ ayuda a profundizar en el evangelio de este domingo.

Cuando se derrumban nuestras seguridades

La resurrección de Lázaro es el séptimo de los milagros (“signos”) de Jesús en el 4º evangelio. Y es el tercero de los relatos de Juan que nos trae la liturgia cuaresmal en sus tres últimos domingos: Jesús Agua viva (“la samaritana”), Jesús Luz de la vida (“curación del ciego de nacimiento”) y Jesús Resurrección y Vida (“resurrección de Lázaro”). El relato es el más largo del evangelio de Juan (si exceptuamos la Pasión) y tiene una viveza y agilidad notables: cambios de escenarios, diálogos cortos y densos... Narra, la única vez en los evangelios, que Jesús lloró. El versículo 25 trae el mensaje central de todo el relato: “Yo soy la resurrección y la vida”. Es la profesión de fe de la comunidad, puesta en boca de Jesús. Es la quinta declaración de Jesús en el 4º evangelio que comienza con la expresión “Yo soy”. Es resurrección porque da la vida a pesar de la muerte corporal. Y es vida eterna que comienza ya aquí con la fe en Cristo: “todo el que vive y cree en mí no morirá jamás”. Jesús es vida porque creyendo en Él, el aceptar su persona y su mensaje es el absoluto fundamento de nuestra vida, nos permite vivir en plenitud; quien único nos permite vivir en plenitud. La crisis del cononavirus que estamos viviendo ha derrumbado certezas y seguridades. Tantas cosas que habíamos convertido en absoluto de nuestras vidas han quedado en nada. Solo la fe en Jesús puede darnos seguridad en momentos de máxima inseguridad.

Diócesis Málaga

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