NoticiaEntrevistas Mariola López: «Para que la vida de Moisés saliera adelante hicieron falta cinco mujeres» Mariola López Villanueva, RSCJ, profesora de la Facultad de Teología de Granada Publicado: 07/03/2018: 16193 Los días 1, 8 y 15 de marzo, a las 20.00 horas, están teniendo lugar, en el Centro Arrupe (Plaza de San Ignacio, 2), las conferencias de las profesoras Mariela Martínez, Mariola López y Carmen Román, en el ciclo de formación "Mujeres en la Historia de la Salvación". El 8 de marzo le tocó el turno a Mariola López Villanueva, RSCJ, profesora de la Facultad de Teología de Granada, bajo el título "Mujeres: seguidoras de Jesús". Su conferencia tiene por título “Puertas que cruzaron Jesús y las mujeres”, ¿de qué nos hablará? Generalmente, cuando se interpretan los relatos se subraya la novedad de la relación de Jesús con las mujeres y su gran sintonía con ellas. Se pone de manifiesto cómo Jesús las dignificó y las sanó, cómo les devolvió su integridad, y todo aquello que les mostró como receptoras privilegiadas de la buena noticia… yo quiero poner el acento en aquello que ellas le dieron a Jesús, en lo que las mujeres le mostraron acerca de Él mismo, de Dios y de los otros. Lo que Jesús descubrió del Reino a través de la dimensión femenina de la vida. Esas puertas que mutuamente se ayudaron a cruzar», así resume su clase. ¿Qué papel tienen las mujeres en la Historia de la Salvación? Hay que sacar a la luz el relevante papel de las mujeres en la Historia de Salvación, su complicidad con los planes de Dios. ¿Sabías que para que la vida de Moisés saliera adelante fue necesaria la intervención de cinco mujeres? Las valientes parteras que desobedecen al faraón y permiten que el niño viva, el amor y la sagacidad de la madre que logra salvarlo, la mirada de la hermana que lo acompaña desde lejos, y la actuación de la hija del faraón que se compadece de él y lo cuida como si fuera suyo. Desde la diversidad, ellas tejen alianzas para la vida. ¿Qué destacaría de la Virgen María? La necesidad de recuperar a la María del Magnificat, la que acogió hasta el fondo el querer de Dios sobre su vida, la que nos enseña a saludar bendiciendo -como ella hizo con Isabel- y a descubrir la acción del Misericordioso en el abajo de la historia: levantando a los que no tienen, ni pueden, ni saben… Ella nos muestra que Dios nos sueña alegres, nos sueña desplegados.