NoticiaMedalla Pro-Ecclesia Malacitana Isabel Gómez: «Fui la primera mujer conductora de Fuengirola y la Virgen una de mis primeras pasajeras» Publicado: 06/03/2024: 6900 Visita Pastoral Isabel Gómez Hortal es feligresa de la parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Fuengirola, en la que han recibido hace unos días al Sr. Obispo, D. Jesús Catalá, en Visita Pastoral. En dicho evento, el Sr. Obispo le hizo entrega de la Medalla Pro Ecclesia Malacitana por su labor durante tantos años en la parroquia, que aún continúa pues, a sus 91 años, está en plena forma física y espiritual. Una auténtica sorpresa, ¿no es así? Así es. Tal sorpresa fue que aún estoy nerviosa. No me lo podía imaginar porque, de verdad le digo que yo no me merezco tanto. Cuando escuché a nuestro párroco, D. Roberto Rojo, hablando de una persona de la parroquia que ayuda yo pensaba “de quién estará hablando” y cuando escuché que me nombraba, me iba a dar algo. Y no sólo me nombra, sino que me dice que suba al presbiterio, ¡ay, Señor! Pero muy agradecida. Aquí todo el mundo me conoce, normal, si tengo ya 91 años y fui la primera mujer que condujo un coche en Fuengirola y he sido concejala del Ayuntamiento… Isabel Gómez Hortal es feligresa de Nuestra Señora del Rosario de Fuengirola, y hace unos días D. Jesús Catalá, en #VisitaPastoral, le hizo entrega de la Medalla Pro Ecclesia Malacitana por su labor durante tantos años en la parroquia. Tiene 91 años. pic.twitter.com/4Z9lI0V33R — Diócesis de Málaga (@DiocesisMalaga) March 6, 2024 Y seguro que entre sus primeros viajes hizo algo para la parroquia, ¿no es así? Claro que sí, para visitar enfermos, para llevar una imagen de la Virgen a los Boliches, fue una de mis primeras pasajeras. ¿Desde cuándo es usted parte de la parroquia? Pues desde siempre. Me bautizó el sacerdote José Moreno, mártir de la persecución religiosa en España y en proceso de beatificación. Casó a mis padres y a mí me bautizó, mi madre lo conocía y lloraron por él lo indecible. De la mano de mi madre iba a ver yo a la Virgen del Rosario desde que llegó a la parroquia hace 75 años. En la sacristía la estábamos esperando ese día. Toda la vida en la parroquia… Así es. Y el 24 de agosto cumplo ya 92 años pero me encuentro bien. Tengo preparado el coche en la puerta para hacer varios recados, el carnet me lo han renovado por otros dos años, así que sigo adelante. Antes Los Boliches era también de nuestra parroquia y allá que íbamos a dar la catequesis a los niños, que la dábamos en la playa, y a repartir alimentos. Cuando llegó D. Rafael Sánchez Flores ya se puso en marcha la construcción de la nueva parroquia. ¿Qué tareas ha hecho usted en la parroquia? De todo, desde la limpieza, la catequesis, la distribución de la comunión como ministra extraordinaria, la visita a los enfermos, hasta cantar en latín para las misas de difuntos… aún sigo proclamando las lecturas y rezando el rosario con un grupo que nos vamos turnando. Para lo que hace falta, ahí estoy. Tenemos un grupo de amigas que jugamos al bingo y lo que se recauda va a una hucha para Cáritas. ¿Qué es la parroquia para usted? La parroquia es mi vida. Yo sin ella no puedo vivir. Esta tarde a las cinco, ya voy para allá, que tiene despacho el sacerdote y hay que echar una mano. Y después, a rezar el rosario y a celebrar la Misa. Isabel, tiene 92 años y está usted estupendamente, ¿cómo lo hace? Mi receta es el amor de Dios. Yo, en realidad, no hago nada, es el Señor y su Madre, quienes lo hacen todo. ¿Cuál es su acción de gracias a Dios? Todos los días le doy gracias porque estoy fuerte y puedo ayudar a los demás así que, aquí estoy para lo que Él quiera: dispuesta a seguir luchando, pero también preparada para para cuando me quiera llamar a su lado. En tantos años, ha conocido usted a muchos párrocos, ¿cómo ha sido trabajar con ellos? Muchos desde D. Juan Jiménez, que me dio la comunión por primera vez. Después llegó D. Ildefonso, QEPD, que fue maravilloso; a quien le siguió D. Rafael Rafael Sánchez Flores. Después llegó D. Manuel Ángel, que ahora es vicario, con quien trabajamos mucho en la parroquia y nos sigue llamando “mi familia de Fuengirola”. Con él fui hermana mayor de la Virgen del Rosario durante ocho años. Después vino D. Carlos Acosta, que ahora está de párroco en este mismo arciprestazgo también. Y, en la actualidad tenemos a D. Roberto Rojo, que está haciendo una labor muy buena. Yo pienso que cada sacerdote tiene su forma de ser pero a todos hay que cuidarlos y, cuando veo algo que no me parece, con todo el cariño se lo digo, a ellos, porque así es como los cuidamos. ¿Cómo le habla usted del Señor a los jóvenes? Hay que hablarles con cariño y decirles que aquí estamos de paso, que la vida eterna viene después y que tenemos que portarnos bien no sólo con los que tenemos al lado, sino con todos.