NoticiaMedalla Pro-Ecclesia Malacitana Paquita García: «Poquita cosa soy, pero aquí estoy para lo que necesiten de mí» Publicado: 05/01/2022: 6072 Testimonio Paquita García Benito, feligresa de la parroquia de la Divina Pastora de Marbella, ha recibido la Medalla Pro Ecclesia Malacitana. Dicho distintivo se lo concedió el Sr. Obispo, D. Jesús Catalá, a petición del párroco y la comunidad, por su gran generosidad y por su entrega dedicada a la parroquia. «Todos los días le pido al Señor que me dé fuerzas para bajar a mi parroquia» Paquita, ¡menuda sorpresa se llevó en mitad de las fiestas de Navidad! Fue una sorpresa muy grande. Las cosas que hace el Señor, al que yo le decía: “pero Dios mío, si yo no me merezco todo esto. Es una cosa muy grande para mí”. Llegué a la iglesia sin saber nada de nada y, cuando vi que mi familia se sentaba a mi lado en Misa les pregunté: “¿y vosotros qué hacéis aquí?”, porque la verdad es que no suelen ir a Misa. Pero pensé: “la Sagrada Familia, de la que hoy celebramos su fiesta, me ha concedido el privilegio de que estén aquí conmigo, ¡cuánto por lo que dar gracias!”. Y, ¡fíjate! Lo que me esperaba. Fue muy emocionante, de verdad. Todo me lo tenían oculto tanto mi párroco, D. Agustín, que es maravilloso, como mi hermano sacerdote, que es cura diocesano en Zamora. ¿Desde cuándo es parte de la comunidad parroquial de la Divina Pastora de Marbella? Desde que me vine de Asturias hace 32 años. Desde entonces, mi ilusión era participar en la parroquia, como también he hecho en cada uno de los lugares en los que he vivido. ¿Qué tareas ha realizado y realiza en la parroquia? He sido catequista, miembro de Cáritas, del coro de la parroquia, del movimiento Vida Ascendente, de la Adoración Nocturna… y participo en toda la vida de la parroquia. ¿Podría vivir usted ya sin ser parte de ella? No, la parroquia es mi vida. Tengo 87 años y le pido todos los días al Señor que me dé fuerzas para bajar a mi parroquia. ¿Cuál es su acción de gracias a Dios? Le doy gracias a Dios por todo lo que me ha dado en la vida. Tengo un hijo y una hija y un nieto y una nieta. He sufrido mucho, la verdad, me casé por poderes y me fui a vivir a Brasil durante cinco años, en los que tuve una hija que falleció. También falleció un hermano sacerdote en Puerto Rico, a los pocos días de ser ordenado. De regreso a España, también me han pasado muchas cosas. Tuvimos un accidente de coche en el que falleció una de mis hermanas, y en ese momento fue el Señor el que nos sostuvo, tanto a mi hermano sacerdote como a mí, que íbamos en el coche con ella. Pero cada día le sigo dando gracias a Dios que nos ha ayudado a seguir adelante. Algunas personas me dicen que yo soy muy fuerte, pero yo siempre respondo que “yo no soy fuerte, es la fuerza que me da el Señor”. En 32 años de parroquia, seguro que ha conocido usted a varios párrocos… A cuatro: D. Juan, D. Antonio, D. Andrés y, el actual, D. Agustín Zambrana, que es maravilloso. Es muy cercano y familiar. No tengo palabras para decir lo bueno que es. Con los cuatro he prestado servicio en la parroquia. Poquita cosa soy, pero aquí estoy para lo que necesiten de mí.