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«Sigamos anunciando a Cristo con todas nuestras fuerzas»

D. José Ferrary, Vicario General de la Diócesis, con un ejemplar de las Prioridades Pastorales Diocesanas // S. FENOSA
Publicado: 25/09/2017: 12291

La Diócesis de Málaga ha hecho públicas las Prioridades Pastorales para este curso, por medio de las cuales quiere ser fiel a la misión que el Señor le ha encargado. En su origen se encuentran las necesidades espirituales y materiales de los malagueños y melillenses de hoy. Las Prioridades para este curso continúan la tarea pastoral de años precedentes, que consiste en llevar a la práctica la Evangelii gaudium en nuestras parroquias y seguir avanzando en el acompañamiento a las familias y a los jóvenes con inquietud vocacional. El Vicario General de la Diócesis de Málaga, D. José Ferrary, las presenta en la siguiente entrevista.

¿Cómo se elaboran las Prioridades Pastorales, quién participa en su decisión y desarrollo?

Participa todo el mundo, ya que nacen del trabajo realizado. Cuando las Prioridades Pastorales son aprobadas a principios de curso comienzan a trabajarse. Durante el curso pastoral se tienen diversas revisiones periódicas llevadas a cabo tanto en los arciprestazgos como entre los arciprestes, los vicarios y el Obispo. Ese trabajo se pone en común también en algunas de las reuniones del Consejo de Presbiterio o del Consejo Pastoral Diocesano, en el que están representados los miembros de la Iglesia de Málaga (vida consagrada, clero y laicos; miembros de arciprestazgos, agrupaciones de cofradías, asociaciones y movimientos, delegaciones…). Llegados a final de curso, aproximadamente en el mes de mayo, se realiza una revisión final, se sacan conclusiones y se proponen las líneas de actuación del curso siguiente. Por tanto, las Prioridades Pastorales las trabajamos todos aunque finalmente es un equipo redactor nombrado por el Sr. Obispo, quien, recogiendo todo lo aportado, las concreta.

Desde 2014, se tiene de fondo la Evangelii gaudium. ¿Qué llamada es más urgente para Málaga?

Son muchas, ya que es muy rico el mensaje que el Papa nos ha dejado en dicha exhortación. En estos años se viene insistiendo en la necesidad de ser “Iglesia en salida”, y quizás es lo que tengamos que tener más en cuenta. Ser “Iglesia en salida” no es solo una expresión bonita, sino que nos invita a ir al fondo de su significado: todos estamos llamados a salir a anunciar el Evangelio, y para eso es necesario una conversión pastoral, tanto individual como comunitaria.

Este año se hace mucho hincapié en el acompañamiento personalizado en los procesos de fe.

El mundo está cambiando, la cultura, el estilo de vida… La Iglesia es consciente de que la fe se transmite desde la experiencia, desde lo que cada uno vive en su interior y expresa en su parroquia en la celebración de la Eucaristía con el resto de la comunidad. Pero también es consciente de que cada persona necesita un proceso personalizado, acompañado y arropado por la Iglesia y en la Iglesia. Este anuncio conlleva estar atentos para anunciar a Cristo a tiempo y a destiempo para llegar a muchas personas y nos invita a la unidad, a la comunión, a la corresponsabilidad... Es la Iglesia quien anuncia a Cristo y nosotros somos sus instrumentos.

¿Cuáles son las periferias de nuestra Diócesis?

No son localizables ni identificables a simple vista, sino que las periferias han de ser todo lugar en donde el anuncio, la Palabra y la persona de Cristo no ha llegado, ahí es donde tenemos que estar. Puede referirse a personas muy cercanas que viven su fe de modo acomodaticio o lejano a la Iglesia; o también estar referido a los que se encuentran lejos de Cristo o enfrentados a su Iglesia. También ha de relacionarse, cómo no, la situación de pobreza -material y espiritualde muchos… en definitiva muchas situaciones que debemos evangelizar o reevangelizar.

¿Cómo conseguir que esto no se quede en el papel y lleve a nuestras parroquias a ser “Iglesia en salida”?

Eso depende de nosotros. Lo que hemos trabajado en un ejercicio de comunión y corresponsabilidad debemos llevarlo a término en nuestras parroquias y comunidades. Es muy interesante leer sosegadamente la primera prioridad, en la que se pone a la parroquia como centro de evangelización con un contenido bien estructurado, rico y clarificador. Cuando estas líneas llegan a la parroquia, de lo que se trata es de personalizar esas pautas generales a las características de nuestra comunidad parroquial.

¿Hay algo especial que quiera decir a los fieles malagueños?

En todo caso quiero aprovechar para agradecer a todos aquellos que han trabajado en la elaboración de estas Prioridades y que son muchas personas (desde los que las trabajaron, revisando y aportando en el pasado curso, como al equipo redactor de estas nuevas). A su vez, animar a todos los católicos de la Diócesis a unirnos en torno a estas Prioridades para que, en comunión con nuestro Obispo, sigamos anunciando a Cristo con todas nuestras fuerzas, firmeza y valentía.

Primera prioridad: «Acometer en las parroquias la “transformación misionera” propuesta en Evangelii gaudium»

Desde el año 2014, se viene profundizando en diversos aspectos de este documento y poniendo en práctica sus enseñanzas magisteriales. En esta ocasión, se pone a la parroquia en el centro de la reflexión. En palabras del vicario general, «la parroquia está llamada a ser centro de vida, lugar desde donde se irradia la pastoral, donde se desarrolla la vida sacramental y el resultado de la misma, desde la Iniciación Cristiana hasta las exequias. La clave es ser parroquia en salida, pero también lugar de encuentro, desde el primer anuncio. Es algo que tenemos que recuperar, porque hemos podido olvidarlo en ocasiones».

Segunda prioridad: «Renovar la pastoral familiar a la luz de Amoris laetitia, y promover el acompañamiento»

La Diócesis quiere renovar la pastoral familiar en conformidad a la doctrina de la Iglesia, con el impulso renovado de la exhortación apostólica Amoris laetitia. Eso, como explica D. José Ferrary, se manifiesta en el «acompañamiento de la comunidad parroquial a quienes van a realizar su vocación al matrimonio». Eso implica una necesaria renovación de las catequesis de preparación al matrimonio, insistir en la formación de los catequistas y en la acogida e inserción de estos matrimonios en las comunidades. Se contempla también la atención a las situaciones complejas, con referencia a la Mitis Iudex Dominus Iesus sobre la renovación procesal de los casos de nulidad matrimonial y al acompañamiento a matrimonios en crisis.

Tercera prioridad: «Seguir impulsando la pastoral vocacional»

La tarea de animar a los jóvenes a discernir su vocación y acompañarlos en su llamada al sacerdocio, a la vida consagrada y al matrimonio, siempre ha sido una prioridad en la Iglesia, y más aún en la Diócesis de Málaga. La reciente canonización de Don Manuel González ha supuesto un impulso para continuar sembrando en los jóvenes la semilla de la pregunta “¿qué quiere Dios de mí?”. «Debemos seguir trabajando esta etapa evangelizadora del don de la vocación, y apoyar el discernimiento de los jóvenes con todos los medios a nuestro alcance, siendo creativos y buenos acompañantes de quienes han descubierto la llamada de Dios y quieren ponerlo en el centro de su vida», dice Ferrary.

Ana María Medina

Periodista de la diócesis de Málaga

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