Cómo rezar en la Inmaculada Concepción con la Lectio Divina

Publicado: 06/12/2013: 5846

María, mujer por excelencia en el Adviento. La llena de esperanza, atenta y vigilante, preparando el camino del que viene, el Dios que nos salva. Joven mujer y pobre de Nazaret, la sin pecado. Contigo queremos hacer este encuentro orante con la Palabra, danos tu mano de madre, y que el calor de tu mirada prepare nuestro corazón para el encuentro con tu Hijo Jesús.

HAGO SILENCIO
Interior y exterior. Me pongo en la presen cia del Señor y de María su madre. Pido al Espíritu Santo su luz y su calor, el mismo que cubrió a María. Quiero contemplar a Dios que me quiere, me acoge, me habla.
 
LECTURA (LECTIO)
¿Qué dice el texto? Lee tranquila y detenidamente el texto del evangelio de hoy. Fíjate bien en los detalles. Después puedes leer este comentario al Evangelio. El texto evangélico escogido para este día de la Inmaculada, es el anuncio del nacimiento de Jesús en san Lucas. Él estructura su evangelio de la infancia desde el punto de vista de la figura de María. Este anuncio es paralelo al de Juan el bautista a Zacarías, (v. 26 “al sexto mes...” del embarazo de Isabel), el evangelista quiere mostrar la superioridad de Jesús sobre Juan, o lo que es lo mismo, la transición del Antiguo al Nuevo Testamento.
 
Jesús aparece como el cumplimiento de las promesas de salvación que Dios había hecho al pueblo de Israel, y con él se inaugura un tiempo nuevo. En este anuncio del nacimiento de Jesús, se abandona el marco del templo, él corazón del judaísmo y nos trasladamos a un insignificante pueblo, Nazaret, en Galilea. La salvación de Dios llega desde un lugar humilde, fuera de las grandes instituciones religiosas de Israel. Comienza el texto, presentando el tiempo, el lugar, y a la protagonista fundamental, María, ya prometida con José. A partir del v. 28 aparece la historia de una vocación, la llamada de Dios y la respuesta de María.
 
MEDITACIÓN (MEDITACIO)
Ante la palabra leída ¿qué me dice a mí personalmente? ¿Gozo porque Dios está conmigo, estoy alegre?, ¿me estoy sintiendo llamado por Dios para una misión, como María? ¿Cómo es mi “sí”?
 
ORACIÓN (ORATIO)
¿Qué te digo yo ahora, Señor? Qué oración nace en mi interior de súplica, de gratitud, de alabanza. Me sale un Fiat, un hágase, como María.
 
CONTEMPLACIÓN (CONTEMPLATIO)
Quiero contemplarte, dejo que me mires y que tu mirada entre hasta lo más hondo de mí. ¡Quiero identificarme contigo, Señor!
 
ACCIÓN Y COMPROMISO
Dar un sí en cada momento, ¿qué misión tengo entre manos? Salgo con un compromiso para esta segunda semana de adviento. Canta sí, como María, también nosotros somos portadores de la Buena Noticia.

Autor: Antonio Sosa Mateos

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