NoticiaColaboración El humor Publicado: 03/12/2013: 5723 Una de las cosas que más me llama la atención es observar la naturalidad con que no pocas personas mayores afrentan los años. Benedicto XVI predicó unas bellas palabras a los ancianos en 2012, en las que les decía: «En cada edad es necesario saber descubrir la presencia de Dios». Recuerdo que vino a verme una señora mayor y me comentaba que no había podido ir a misa por culpa de la boda. «La boda ¿de quién?», le pregunté. «De un sobrino, y yo de mantilla», dijo. La contemplé, sonreí y añadí: «¡Iría usted muy guapa!» Y ella, sin inmutarse, respondió: «Sí, como una tortuga con peluca». Se me abrieron los ojos, pero ella prosiguió: «Es verdad que tuve unos dientes, unas pestañas y unos andares que llamaban la atención. Dios me los dio, bendito sea, pero ahora mire usted: los dientes gastados; las pestañas, desde que me puse gafas, campo les queda; y de los andares, ¿qué quiere que le diga, si tengo reuma hasta en la canasta del pan?» Solté una carcajada, y ella añadió: «Usted ríase, que eso siempre es bueno». El humor es el escudero del amor, pensé. Autor: Lorenzo Orellana, sacerdote