NoticiaSemana Santa Dos escaleras Publicado: 25/03/2024: 6737 Gólgota Con casi 300 peregrinaciones a Tierra Santa en su haber, se puede decir que Toon Espinosa es uno de los malagueños que mejor conoce la tierra de Jesús. El director de la Agencia Savitur nos invita a visitar con él la cruz en el monte Gólgota. Cuando entras por primera vez en la Basílica del Santo Sepulcro y quieres localizar el Gólgota, lo primero es “orientarse”. Nada más cruzar su puerta, te encuentras con una multitud de peregrinos de rito ortodoxo, arrodillados, besando la piedra de la unción. Entonces miras a la derecha y descubres dos escaleras: una para subir y otra para bajar. Los peldaños son altos, incómodos y te ayudas de una barandilla para acometerlos. En el trayecto, levantas tu mirada, sintiendo el esfuerzo en tus piernas y te dices: «¿Cómo es posible que personas cargadas de años puedan subirlas?» Culminándolas, encuentro en el lado derecho a un sacerdote celebrando la Misa para conmemorar el Viernes Santo. Revestido de color rojo, se encuentra apurado porque el “pope” griego-ortodoxo que custodia el lugar le impone un tiempo, a sus ojos, muy corto para la dignidad del servicio que va a presidir, tanto tiempo soñado. Me sitúo en la fila de los que esperan tocar el lugar donde la tradición ubica la cruz de Cristo. Y ante la perspectiva de meter mi mano en el hueco donde se alojó la cruz, ¡ante la gigantesca tarea acometida por Jesús en este sitio donde me encuentro!, me asaltan las transgresiones cometidas y la indignidad. Temor En lugar de gozar el momento, de agradecer el regalo, me agacho y arrodillo, tal cual estuviera frente a la “Bocca della Verità romana”. Con temor. Mis manos tocan el círculo de piedra caliza. Está suave al tacto y una voz interior me conforta y dice: “Toon, la próxima vez que vengas, tráeme tu alegría. De todo aquello que te preocupa y te hace sentir mal ¡ya me encargué yo… Aquí!”. Me incorporo, me enderezo, en lo físico y en el alma. Bajo la escalera de peldaños grandes, y vuelvo a preguntarme cómo pueden algunas rodillas soportarlas.