NoticiaCatequesis Día de la Catequesis: La familia, primera educadora en la fe Publicado: 14/10/2017: 16544 El domingo 15 de octubre hemos celebrado el Día de la Catequesis, que este año tiene como lema “La Familia, primera educadora en la fe”. Y es que, la familia tiene un papel fundamental para que un niño conozca a Jesús, como explica el delegado diocesano de Catequesis, Manuel Márquez Córdoba, «los niños a estas edades lo que hacen es imitar, aprender por mimetismo de sus padres. Son como espejos». El encuentro con Jesús no es una actividad extraescolar Jesús debe competir con el inglés, el baloncesto, el kárate o el baile ya que, para muchos padres, la catequesis parece otra clase extraescolar que hay que incluir en la apretada agenda de sus hijos, pero nada más lejos de la realidad. Cuando cierran las puertas de esas aulas ya no se practican hasta la semana siguiente, pero el ser cristiano deben practicarlo día a día, no acaba al salir de la catequesis y en ello, los padres tienen un papel fundamental, como recuerda el lema de este año “La Familia, primera educadora en la fe”. «La catequesis, en teoría, se sitúa después del anuncio misionero y tiene la misión de consolidar y madurar la fe inicialmente despertada en todos aquellos que han sentido la necesidad de conocer a Jesús y vivir el Evangelio, para hacerlos cristianos. Pero la realidad es otra, guste o no, porque en estos momentos, la mayoría de los destinatarios de la catequesis (niños, jóvenes y adultos), no tienen interés por conocer a Jesús y su mensaje de salvación, solo quieren recibir los sacramentos bien por la fiesta y los regalos...» explica el delegado de Catequesis, Manuel Márquez. Por ello, la delegación de catequesis se ha propuesto varios retos que llevar a cabo, «el primero de ellos es, seguir mejorando la acogida y la relación con los padres que vienen a solicitar que su hijo comience la catequesis. Donde les explicamos que los niños tienen que venir una vez a la semana y cómo ellos deben participar en la Eucaristía del domingo y acompañar a sus hijos en su día a día, rezando por las noches, bendiciendo la mesa...». Otro gran reto es «mejorar la formación de los catequistas, para que sean unas catequesis más vivenciales, que lleguen al corazón, para iniciar así el encuentro con Jesús y que los niños lo tengan presente en su vida diaria. De hecho, este año estamos ofreciendo un curso en Málaga y en la Axarquía, que dura tres meses. Y por supuesto, seguir animando los encuentros arciprestales de catequistas. Además, este año hemos comenzado la recopilación de materiales para trabajar con niños con necesidades especiales con el fin de integrarlos en nuestra web y darlos a conocer. Y por último el mayor reto es no olvidar que la catequesis debe despertar el primer anuncio y sobre todo anunciar con gozo y entusiasmo el mensaje de Jesús para que los padres y los niños lo conozcan, lo celebren lo vivan y lo recen». Cómo explica Manuel Márquez, «los niños en estas edades lo que hacen es imitar, son como espejos, de hecho, según el antropomorfismo el padre viene a ser la proyección de Dios en el niño. Yo les digo a muchos padres que vienen a la parroquia: “usted haga la señal de la cruz al salir de casa por las y como no lo ha hecho nunca, el niño sentirá curiosidad y le preguntará porqué lo hace y así podrá explicarle que le está dando las gracias a Dios y pidiéndole que le ayude y le proteja”. Entonces el niño comenzará a hacerlo, aunque no tiene una clara idea de porqué hasta que un día lo integra por sí mismo, pero si no lo ve, nunca lo hará. Igualmente bendecir la mesa a diario o pensar qué haría Jesús ante un problema de nuestro día a día». Recuerda además, que «es importante adaptar los lenguajes de la fe a la edad de cada niño. Muchos te preguntan: “Yo no veo a Dios, ni lo escucho ¿entonces como me habla?” y nosotros debemos explicarles que Dios nos habla a través de la Biblia». A los ojos de los niños Marcos Montes Camacho y Darío Cidre Sepúlveda tienen ocho años y llevan asistiendo a catequesis desde que cumplieron seis. Ambos pertenecen a la parroquia del Carmen de la capital y cuando se les pregunta por qué quieren hacer la Primera Comunión, ambos afirman que porque quieren conocer más a Jesús y acercarse más a Él. Darío explica que se lo pasa muy bien durante la catequesis «porque estoy con mis amigos y a la vez con Jesús. Lo que me gusta del Señor son los milagros que hizo». Marcos por su parte dice que se lo pasa muy bien en catequesis «porque estoy con mis compañeros de clase y porque mi catequista Augusto Puche se preocupa mucho por nosotros y reza por nosotros. Lo que más me gusta de Jesús es que nos ayudó a ser más buenos y que murió y resucitó por nosotros». «Ser catequista es algo increíble, que engancha» María Luisa Giménez Pérez del Pulgar lleva cinco años siendo catequista en la parroquia de San Miguel y explica que es catequista «porque me encanta enseñarle a los niños todo acerca de Dios y verles felices cuando hablan de Él. Además, ser catequista también me ayuda a crecer en la fe, pues hay veces que aprendo más de ellos que de los libros. Enseñarle a los niños como catequista es algo increíble que incluso engancha. Te llena tanto que a pesar de tener que hacer “encajes de bolillos” en mi día con día, con mi familia, el trabajo y mis tres hijos, el momento de catequesis me renueva, y me da mucha satisfacción sentir cómo van preguntando cada vez más y aprendiendo todo. Es maravilloso».