NoticiaSocial Dos malagueños en el "Jubileo de los Excluidos" Publicado: 25/11/2016: 11388 Juan y Antonio son dos malagueños que, por diversas circunstancias se encuentran en riesgo de exclusión social y acuden a diario al comedor Sta. Luisa de Marillac, de las Hijas de la Caridad, en La Palmilla. Del 11 al 13 de noviembre fueron invitados por el Papa al “Jubileo de los Excluidos”. «Por primera vez en mi vida siento que ya no tengo que ser un marginado. Siento que puedo estudiar, que puedo trabajar, que puedo formar una familia...». Es sólo uno de los testimonios de los participantes en el Jubileo de los Excluidos convocado por el Papa en colaboración con la organización Fratello, que trabaja con personas en situación de precariedad. Quien lo cuenta es Mª del Mar Ramírez, psicóloga que trabaja con las personas que acuden a diario al comedor de las Hijas de la Caridad en La Palmilla. «Cada día comen aquí alrededor de 40 personas, todos españoles; y otros 100 se llevan el menú elaborado para comer en su casa», señala. Ramírez fue la encargada de acompañar a dos de los usuarios del centro, Antonio y Juan, a este evento mundial junto a otras 6.000 personas de la calle. «El Papa les pidió perdón “por esos hombres y mujeres que se llaman Iglesia y que pasan a vuestro lado y no os miran”. Que alguien que consideran de un nivel muy superior, se abaje y no sólo les pida perdón, sino que se ponga debajo de ellos, eso fue impresionante. El personal del Vaticano ha sido muy agradable. Los han tratado como a reyes». Durante los tres días que estuvieron en Roma, los participantes se sintieron incluidos y eso llevó a muchos a recuperar su dignidad y su amor propio. «El Papa les invitó a no dejar de soñar –continúa la psicóloga– y eso fue una de las cosas que les impresionó más. Les decía: “¿imaginasteis que alguna vez ibais a venir a Roma? ¿A que no? Pues seguid soñando”. Y efectivamente, en los testimonios posteriores, algunos afirmaban sentirse capaces de hacer lo que antes consideraban imposible (estudiar, trabajar, formar una familia...) ante una sociedad que les cierra las puertas». Otro de los efectos de este viaje ha sido el de la comunión en el grupo de los que viajaban con las Hijas de la Caridad del Sur de España (Málaga, Sevilla y Canarias). «¡Cuánto amor se ha podido compartir en este grupo! –continúa Mª del Mar–. Ha sido una conexión tan profunda que no puedo explicarlo de otra forma que como un milagro. Éramos un grupo de diez personas, muchos no se conocían de nada y ahora se quieren muchísimo. Ha sido impresionante, y vivirlo a través de sus ojos, un milagro».