NoticiaSemblanzas Semblanza de D. Salvador Villalobos Publicado: 09/03/2022: 6537 Nerja Semblanza leída por el sacerdote José Miguel Antequera en la Misa exequial por D. Salvador Villalobos, fallecido el 4 de marzo. Nublado y triste rompió el día en Nerja. Uno de sus vecinos de las Protegidas, el cura D. Salvador, ha marchado a la Casa del Padre. Se ha marchado nuestro cura, de la misma forma silenciosa que llegó a nuestro barrio. D. Salvador se despedía de este mundo silenciosamente, como el día entra en su ocaso. Las maternales manos de las Hermanas del Buen Samaritano ponían al cuidado de Dios el alma de su servidor. D. Salvador, está ya definitivamente en la Casa del Padre. Ese anhelo que tenemos todos los creyentes y que rezamos con el Salmo 130: “Espero en el SEÑOR; en Él espera mi alma, y en su palabra tengo mi esperanza”. D. Salvador nació el 24 de mayo de 1929 en Coín, en el seno de una familia humilde, donde vive una infancia difícil junto con sus dos hermanos. Parte de su natal Coín para ingresar como seminarista en nuestro querido Seminario de Málaga. Con esfuerzo y dedicación, culmina su formación sacerdotal en el año 1954 y, el día de la Inmaculada, recibe las Sagradas Órdenes del Sacerdocio, grabando a fuego dentro de su corazón el lema que acompaña a todo buen sacerdote malagueño: “DISPUESTO A DAR LA VIDA POR LAS OVEJAS”. Como buen misionero, su primer destino pastoral lo hace fuera de Málaga. Cambia las tranquilas aguas del Mediterráneo por las aguas oceánicas del Atlántico. En el mes de enero de 1955, desempeña su recién estrenado sacerdocio como capellán de la Armada en la Escuela de Marín en Pontevedra. Tras seis meses fuera de Málaga, Dios lo llama a pastorear las almas de la comunidad parroquial de la Asunción de Nuestra Señora en Gibralgalia. En esta pedanía, D. Salvador procuró seguir realizando la tarea evangelizadora que comenzó un día el Padre Arnaiz. En mayo de 1956, culmina su tarea como párroco en el Valle del Guadalhorce. Su nueva tarea pastoral estará en la ciudad de Antequera, desempeñando la tarea de vicario parroquial en San Pedro y San Sebastián. Tras su andadura en Antequera, en los primeros días del curso académico de 1957, desempeña su tarea como ecónomo en la recién levantada parroquia de Cartaojal. En su querida Iglesia del Purísimo Corazón de María, pasaría sus tardes trasmitiendo su fe y ayudando más de una vez a repartir la leche en polvo y el queso americano. Pero su andadura no terminaría en la Vega Antequerana. En el año 1962, D Salvador es trasladado a nuestra Axarquía: Sayalonga y Corumbela, Algarrobo, confesor de los seminaristas menores de Trayamar y Árchez, hasta que en 1974 llega a Nerja. Como siempre decía D Salvador: su gran tarea. Había que hacer una comunidad, construir un templo, ser cura de un barrio que nacía en Nerja. Su labor pastoral comenzó en la escuela de El Tablazo, donde todas las tardes había que desmontar la escuela para poder celebrar la Eucaristía. Un trasiego de sillas y mesas que, con la colaboración de las maestras rurales, fueron germen de la comunidad parroquial de San Miguel. La misión estaba andando, y con la ayuda de Dios y el trabajo de todos, fue posible que en 1977, Nerja tuviese su segundo templo, su nueva comunidad. “Cada ladrillo lleva una oración”, decía D Salvador. Treinta y seis años al servicio de nuestra comunidad han dado para mucho. Catequesis, bautizos, comuniones, bodas y hasta una ordenación sacerdotal han sido su labor como sacerdote en nuestro pueblo. Sus visitas en los días de descanso a los enfermos, sus formaciones a los niños de comunión, grupos de jóvenes, su esfuerzo por ser “UN PASTOR BUENO” seguro que han servido como muestra del amor que tanto inculcaba en nuestra comunidad parroquial. Pero su tarea no llegaba a su fin con la construcción de su parroquia. Un nuevo reto pone Dios en sus manos: “Hemos de ayudar a construir una casa para los ancianos”. Con este nuevo desafío pone en marcha la construcción de la Casa del Buen Samaritano de Nerja. Su oración y colaboración con nuestras hermanas ha sido su tarea hasta que ha entregado su alma a Dios. Ayer, 4 de marzo, partiste a la Casa del Padre. Hoy, tu campana de las Protegidas no puede doblar por ti, ni tu parroquia de San Miguel te puede acoger, pero tu familia, tu pueblo de Nerja, el barrio de las Protegidas, las Hermanas del Buen Samaritano, todas las comunidades por las que has pasado rezamos por ti. La petición que hoy te encomendamos es que, desde el cielo, sigas rezando por nosotros. Pide a nuestra Madre, la Virgen de las Angustias, que vele por todos los que quedamos aquí.