¿Qué sentimientos afloran al celebrar el aniversario de tu ordenación sacerdotal? 

En primer lugar, de agradecimiento a Dios por mi indignidad y por su acompañamiento durante todos estos años. También de arrepentimiento y vergüenza por la falta de saber estar a la altura; y de esperanza porque sé que Él no me deja. 

¿Quién es para ti Jesucristo? 

Jesucristo, como Él mismo dice, es el camino, la verdad y la vida. Es nuestro modelo y nuestro primer amor.

¿Estás contento con el ejercicio de tu ministerio en la diócesis de Málaga? ¿Por qué? 

Sí, por muchas razones pero, sobre todo, porque es donde Dios quiere que esté.

¿A quién debes tu vocación sacerdotal? 

A san Josemaria Escrivá, que fue mi modelo; a san Juan Pablo II y al párroco del pueblo donde veraneaba, por su alegría y entrega. 

¿Volverías a ser sacerdote si volvieses a nacer? ¿Por qué? 

Si Dios me llamase sí, porque es Él quien elige. Animaría a otros muchos.

¿Cómo has vivido sacerdotalmente estos últimos meses con la pandemia del Covid-19? 

Con un gran espíritu de recogimiento y de asistencia en lo que he podido. Me siento un privilegiado.

Una palabra o lema que resuma tu ministerio.

Unas palabras de san Juan: "Conviene que Él crezca y yo mengüe".