NoticiaOración Nuria López: «Cuando rezo, abro mi corazón» Publicado: 22/02/2021: 14454 Nuria López Rodríguez es directora regional de las televisiones PTV Telecom y camarera de Nuestra Señora del Gran Perdón, del Prendimiento. Nació en Nguti (Camerún), donde su padre dirigía un hospital con los Hermanos de San Juan de Dios, y allí aprendió a rezar en el seno de su familia Sus primeros recuerdos en torno a la oración proceden del hogar. Nuria fue la primera niña blanca nacida en Nguti, donde su padre se encontraba participando en un proyecto para montar un hospital junto a los Hermanos de San Juan de Dios. «Recuerdo a mi hermana Miriam, a mi madre y a mí rezando “Jesusito de mi vida”, y también a los frailes enseñándonos el Padre Nuestro a las dos hermanas. También recuerdo rezar cuando íbamos de viaje familiar en el coche, como ahora hago yo de nuevo con mis hijos y mi marido», cuenta. Allí estuvo Nuria hasta que tenía 4 años, cuando toda la familia volvió a España. Nuria lleva ya 21 años al frente de PTV televisión, una de los más consolidados canales de Málaga, y desde hace un par de años es la directora regional de las televisiones de PTV Telecom. La oración en su vida es algo completamente integrado. «Es un momento de reflexión y de desconectar de todo. No es solo repetir una oración, tiene más que ver con abrir el corazón y compartir las alegrías y las penas». Por eso, para ella no hay un momento o un lugar concreto. Sin duda, en los mejores y los peores momentos es cuando más presente la tengo. En los mejores, para dar gracias y en los peores, para pedir por los míos», reconoce. ORACIÓN A la hora de recomendar una oración concreta, Nuria López confiesa que no tiene una especialmente predilecta. Para ella, «lo importante es desconectar unos minutos de todo y compartir lo que muchas veces no compartes con nadie, salvo con Ellos. Recuerdo, por ejemplo, mis oraciones ante mi Virgen. Sin duda Ntra. Sra. del Gran Perdón me calificará de “jartible” por lo pesada que fui cuando mi padre estaba muy malito y acudía a ella en los días antes de que falleciera», recuerda. Por eso, para invitar a otros a practicar la oración, Nuria solo afirma que «no conozco a nadie que no se sienta mejor después de abrir su corazón y compartir sus alegrías y sus penas, sus logros y sus dudas y fracasos. Es lo único que me atrevería a decir».