NoticiaEn los Medios RAFAEL PÉREZ PALLARÉS. Honradez real Panorámica de la localidad granadina de Albuñuelas Publicado: 05/08/2020: 16499 EL ALFÉIZAR Si buscamos la palabra honradez en el diccionario encontramos que viene definida como rectitud de ánimo, integridad en el obrar. Etimológicamente encuentra su raíz en el latín honorare, es decir, tratar con respeto, decencia y decoro. Pongamos un ejemplo real que ocurrió hace años en la localidad granadina de Albuñuelas: una vecina embarazada con tres hijos y sin trabajo devolvió a sus propietarios una cartera que encontró. Tenía 16.000 euros. Esta mujer fue honrada aunque, en esto de la honradez, haya líneas sutiles y otras más gruesas. Dependerá del caso, sensibilidad e intencionalidad. Nunca deberíamos olvidar que el respeto, la decencia y el decoro siempre serán aliadas de la honradez. Sí de la honradez real, de la concreta, como la de la vecina de Albuñuelas. Jesús de Nazaret, afirmó que quien es fiel en lo poco luego lo es en lo mucho. Sentencia sencilla que contiene una gran verdad: el cuidado de lo pequeño es garantía de grandeza. Y de nobleza. No pretendamos ser honrados si vamos horadando la honradez con guiños a la mentira, al engaño o a la deshonestidad. Por pequeños que sean. Sé que es un deseo, en muchos casos inalcanzable, pero deberíamos vivir instalados en la honradez permanente. Y en la decencia. Nos iría mejor a todos. Máxime cuando esto de la integridad en el obrar no siempre está recogido, en todas sus variantes, en el Código Penal y haya quien se mueva en el terreno legal sin honradez. Olvidaron que no todo lo legal es ético. La ética amplía el horizonte del actuar hasta límites insospechados; hasta el punto de consolidar el hacer como ejemplarizante. Especialmente, en personas con responsabilidades públicas, la ética debe conducir en beneficio del bien común. En este sentido, recordemos que honradez, integridad y verdad forman un trío impecable: como si de un arcoíris se tratara, cada valor tiene su especificidad y unidos conforman un elemento de gran belleza hasta el punto de erigirse como símbolo de una sociedad fuerte y sana.