A las 20.00 horas del lunes 11 de mayo se celebra de nuevo la Misa en la iglesia del Sagrado Corazón de Melilla, con la presencia máxima de un tercio del aforo de feligreses.

Su párroco, Eduardo Resa, Vicario Episcopal de Melilla, explica que «el sábado desinfectamos todo el templo con un equipo especializado, desde las paredes y zócalos hasta la megafonía, los micrófonos, las sillas, los bancos… Lo haremos dos veces por semana. Y los bancos y el suelo y todo lo que se utilice durante la celebración, se limpiará después de cada Misa».

Para que esto sea posible, han organizado un equipo de voluntarios que «muestran un gran cariño a la Iglesia, de la que son parte, y no han dejado de colaborar durante todo este tiempo en cuanto era necesario. Doy gracias a Dios por ellos».

Las puertas del templo, durante la celebración de la Eucaristía, estarán totalmente abiertas, para que no haya que tocarlas, y en la entrada, dos dispensadores de gel higienizante. En los bancos está señalizado dónde se pueden sentar los feligreses, para que se cumplan las distancias de seguridad y se cumpla el tercio del aforo que marca la normativa (unas 90 personas en este templo).

«Son muchos los fieles que nos muestran su deseo de regresar al templo a celebrar la Eucaristía, porque la necesitan», afirma Eduardo Resa, pero el aforo es el que es, por eso «se han colocado en la entrada, de forma visible, las normas que hay que seguir, y que nos han enviado desde el Obispado y el aforo permitido en este templo, y se han hecho llegar a los diversos grupos de la parroquia, para que, entre todos, sea posible».

El domingo, la parroquia del Sagrado Corazón acogerá una celebración más, para facilitar la participación. Las misas serán a las 9.30, 12.00 y a las 20.00 horas. «Esta última será una Misa especial que celebraremos durante este tiempo de pandemia», explica el vicario episcopal.

«Comenzamos una etapa nueva y todavía hay mucha gente con miedo, por eso nuestra misión es facilitar el acceso al templo y la vida pastoral, siguiendo todas las medidas de seguridad», añade.

San Agustín

El P. Víctor Hugo CJM es el párroco de San Agustín, a las 19.30 horas se celebra allí la primera misa con fieles tras el comienzo del confinamiento; en la Medalla Milagrosa será el sábado, a las 18.30 cuando se reabra el culto al público.

«Todo está preparado en cuanto a limpieza, medidas de seguridad, permisos y autorizaciones», afirma el P. Víctor y añade que, en estos días, será él mismo uno de los que esté en la puerta de entrada «dando la bienvenida a la comunidad parroquial, explicando las medidas e indicando los lugares donde se pueden ir sentando».

«Estamos organizando el grupo de voluntarios para las tareas de limpieza diaria del templo y todas las medidas que nos han hecho llegar desde el Obispado.

San Francisco Javier

Desde la parroquia de San Francisco Javier, explica su párroco, Rafael Vega, que «a las 19.00 horas se celebrará la Eucaristía. Para facilitar la medida de distanciamiento, en este templo se han retirado algunos bancos. Como en los anteriores, también contarán con dos dispensadores del gel higienizante en la entrada, un equipo de voluntariado y todas las normas enviadas desde el Obispado. La gente tiene muchas ganas de regresar al templo para celebrar la Misa, pero nuestra población es muy mayor. En esta fase 1, nuestro aforo es de 45 personas máximo. Las misas se harán más breves, para que dé tiempo a la desinfección y se celebrarán tres el sábado (17.30, 19.00 y 20.30 horas) y dos el domingo (11.30 y 13.00 horas).

Para el párroco, «es una alegría acoger de nuevo la vida de la comunidad parroquial, aunque el contacto no lo hemos perdido con ellos en todo este tiempo gracias a las nuevas tecnologías».

Santa María Micaela

La desinfección de la parroquia de Santa María Micaela comienza este lunes. «desde la verja de entrada hasta el último rincón del interior del templo», explica el párroco, el P. Ángel Santamaría CM. En este templo, las puertas se abrirán al culto público el sábado, a las 19.00 horas.

Que todo vaya bien, «depende mucho de la actitud de cada persona, de lo que cada uno ponga de su parte. Tenemos que ser muy estrictos y guardar todas las normas para protegernos a nosotros y los demás. Es cierto que estamos acostumbrados a estar muy cerca, pero ahora hay que guardar la distancia y eso lo tenemos que entender y cumplir todos», afirma el párroco.

Los domingos se celebrarán tres misas en este templo, a las 9.00, 11.00 y 19.00 horas. Unas 40 personas son las que pueden participar en cada una de ellas y, «si hay que poner una Misa más, se hace, con tal de que todo el mundo pueda participar en ella», añade el párroco.

Durante la pandemia, los sacerdotes de esta parroquia «hemos estado presentes en los hogares con la grabación del comentario al Evangelio del día, cada mañana, y la oración de buenas noches, pues seguimos siendo pueblo aunque no nos hayamos podido reunir», concluye el párroco.