NoticiaCoronavirus Pequeñas comunidades domésticas y online Fernando, Pilar y sus hijos durante una celebración doméstica de la Palabra Publicado: 21/04/2020: 22945 «Hay que hacer comunidades cristianas como la Sagrada Familia de Nazaret, que vivan en humildad, sencillez y alabanza. El otro es Cristo» este lema que guía la vida de las comunidades neocatecumenales presentes en nuestra diócesis, cobra especial protagonismo en estos días de confinamiento, en los que los miembros del Camino Neocatecumenal siguen viviendo este itinerario de formación cristiana dentro del ámbito familiar o gracias a internet. Dentro de los hogares, las familias se las han estado ingeniando desde el inicio del confinamiento para continuar “haciendo el Camino”, es decir, celebrando al menos la Palabra y la Eucaristía semanal. Padres, mayores y pequeños se dividen en grupos para preparar la liturgia, las moniciones, las lecturas, los cantos, etc., que luego se proclamarán ante toda la familia reunida solemnemente en el salón de casa. En el caso de la Eucaristía, la familia celebra igual la liturgia de la Palabra con las lecturas de la Misa y luego ven por televisión o por streaming la celebración del Papa, la de su parroquia o cualquier otra, participando de la comunión espiritual. Muchas de estas familias, al ser muy numerosas, se han organizado prácticamente como una pequeña comunidad. Es el caso de Fernando González y Pilar Rebollo, de la parroquia de San Patricio, con 14 hijos, aunque 3 ya están casados y viven fuera de casa. La Semana Santa la han vivido como una gran fiesta: «Como somos muchos, hicimos dos grupos para preparar el triduo Pascual –señala Fernando–. Unos prepararon el Jueves Santo, otros el Viernes Santo y nos dividimos las nueve lecturas de la Vigilia Pascual. Los oficios fueron estupendos y durante la vigilia cantamos el pregón pascual y todos los cantos que solemos proclamar cada año en la parroquia. El Señor nos concedió poder también estar conectados con las familias de dos de nuestros hijos a través de internet. Fue una bendición, y terminamos celebrándolo con la cena pascual, como hacemos nosotros normalmente después del ayuno previo a la Pascua. Además de celebrar en familia, los miembros de las comunidades neocatecumenales también están aprovechando las aplicaciones de videoconferencia múltiple como Zoom para celebrar “juntos” la Eucaristía o la Palabra. En la parroquia de San Francisco Javier de Melilla, por ejemplo, las comunidades que ya han finalizado este itinerario de redescubrimiento de la fe bautismal, las están usando desde hace semanas. De esta manera, todos sus miembros participan activamente de la celebración, cada uno desde su casa. Rezan juntos, proclaman los cantos, comparten su experiencia de fe a la luz del Evangelio… «Las que todavía no hemos acabado el camino comenzaremos esta semana a usarlas, señala Jesús Blasco de Avellaneda miembro de una de estas comunidades. «En nuestro caso, en mi casa solo somos tres, mi mujer, mi hija que aún es pequeña, y yo; por lo que no podemos hacer la celebración doméstica de la Palabra. Sí seguimos juntos el triduo pascual que presidió el párroco, Rafael Vega, y que se retransmitió por streaming. A partir de esta semana, empezaremos la celebración de la Palabra de forma telemática con toda nuestra comunidad». También Fernando y Pilar comenzarán esta semana a celebrar juntos a través del servicio de videollamadas grupales Jitsi Meet, que permite interactuar a todos los participantes. «Para nosotros es muy importante celebrar con los hermanos de nuestra comunidad por internet, nos ayuda mucho, porque después de tanto tiempo confinados esto es duro. Hay roces entre los hijos y el contacto con la Sagrada Escritura nos ayuda al perdón y a poder convivir». En ese sentido, Pilar afirma que, «aunque son momentos de angustia, la Palabra de Dios nos ayuda a saber que el Señor está está aquí con nosotros, que Él nos cuida, que Dios se hace presente en la historia. Los niños lo viven aparentemente bien, pero yo sé que los mayores están preocupados porque oyen las noticias... Veo cómo les ayuda escuchar la Palabra de Dios en familia o con su comunidad. Tienen necesidad de rezar, necesidad de que nos reunamos, les gusta preparar, vivir la fe en familia. La fe les hace falta».