Estoy viviendo este confinamiento con paciencia y tratando de organiza y distribuir el tiempo lo mejor posible, y por supuesto preocupado por el avance del virus, así como las consecuencias económicas que padecerán muchas familias tras este parón.

Además gracias a los medios que tenemos hoy en día intento estar pendiente de toda mi familia y amigos. Para los que somos cofrades, la Cuaresma es también un tiempo de no pasar apenas por casa, de estar hasta muy tarde de reuniones, repartos...así que también estoy aprovechando para disfrutar una Cuaresma en familia.

EL TRABAJO Y LA FAMILIA

Mi mujer continúa yendo al trabajo, así que por las mañanas me encargo de cuidar a mi hija Victoria, que el martes 24 celebramos su primer cumpleaños, y atender el teléfono y correos electrónicos de la delegación. Por las tardes, ya con mi mujer en la casa y con más calma, me encierro y trabajo en la revisión de todos aquellos estatutos que se han presentado en los últimos meses a raíz del decreto del Sr. Obispo para Hermandades y Cofradías por el cual todas éstas deben adaptar sus reglas a este nuevo marco normativo.

LA FE

Intento vivir cada día poniendo todo esto en manos del Señor. Gracias también a las redes sociales puedo encontrar momentos para la Eucaristía, y para la oración personal.