NoticiaEntrevistas José Román Flecha: «Vivir es aceptar y donar el amor» José Román Flecha, catedrático de Teología Moral de la UPSA // G. LARA Publicado: 25/02/2020: 19919 José Román Flecha (León, 1941) es sacerdote de la diócesis de León desde 1964. Licenciado en Teología y en Filosofía. En 1973 se doctoró en Teología, con especialidad en Teología Moral y muchas generaciones de estudiantes de Teología se han formado con sus manuales sobre Moral. En la actualidad es catedrático de Teología Moral en la Universidad Pontificia de Salamanca y ha visitado Málaga para participar en XVI ciclo de conferencias del Aula Persona organizado por la Asociación Asís, bajo el lema «Vivir es un arte" El lema del ciclo formativo en el que ha participado es “Vivir es un arte”, ¿lo cree así? Para los creyentes, vivir es, ante todo, un don de Dios. Seguramente para otras personas, vivir puede parecer una simple casualidad, un juego del azar. Para muchos, vivir puede parecer una desgracia. De todas formas, claro que vivir es un arte, que requiere una habilidad, una constancia, un deseo de perfección, como ocurre en todos los ámbitos del arte. Y, por otro lado, el don del vivir comporta una responsabilidad: ante uno mismo, ante Dios y ante el prójimo. Vivir es convivir. Y es des-vivirse por los demás. Vivir es aceptar y donar el amor. El título de su conferencia es “Valores para una vida buena”, ¿cuáles son esos valores? Los valores tienen mucho que ver con las virtudes. Los clásicos las reducían fundamentalmente a cuatro: prudencia, justicia, fortaleza y templanza. En la experiencia judía y cristiana, a esos cuatro polos “cardinales” se añaden la fe, la esperanza y el amor. Sin esos “valores”, se muy difícil afirmar la “valía” de la vida. Nuestros políticos proponen una ley de eutanasia. Ante la posibilidad de decidir cuándo acabar con nuestra vida, ¿cuáles diría usted que son los motivos que tenemos para vivir? Es interesante recordar que los primeros en proponer la eutanasia fueron la revolución comunista y una circular del nazismo en septiembre de 1939. Siempre hay que preguntar quién va delante en la fila. Para vivir tenemos el motivo y el valor de amar y ser amados como personas únicas e irrepetibles. ¿Defiende la Iglesia una vida buena? Jesús dijo: «Yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante». Y la comunidad cristiana no puede olvidar ese mensaje de su Maestro. La Iglesia Católica mantiene 17.000 centros asistenciales en todo el mundo. A lo largo de dos milenios ha defendido la vida de los niños y los ancianos, de los apestados y los leprosos, los esclavos y los inmigrantes. Y entre esas vidas están las de los católicos y otros cristianos, las de los musulmanes y los no creyentes. El refrán dice que “obras son amores y no buenas razones”. Somos muchos los que hemos estudiado las asignaturas de Moral siguiendo sus obras. Una materia en continua reflexión. ¿Sigue siendo el valor sagrado de la vida el centro de la Moral en nuestro mundo? Uno de mis alumnos me hizo notar que en los cinco manuales de moral que me ha publicado la editorial Sígueme aparece la “vida” ya en el mismo título. Me da mucha alegría vivir este compromiso con la vida, don de Dios y responsabilidad del hombre. Una vida que, al igual que el progreso, ha de ser integral, como decía Pablo VI: «para todo el hombre y para todos los hombres».