NoticiaBlanco sobre Negro Rafael Caro: «Me da miedo que se use la eutanasia para cribar» Rafael J. Caro, sacerdote diocesano Publicado: 23/09/2019: 16177 Entrevista al sacerdote diocesano Rafael J. Caro González, nacido en 1976 en Villanueva del Trabuco y ordenado en 2008. «He descubierto, por allí por donde he pasado, que el deporte es un gran medio de evangelización» ¿Qué es lo más inteligente que se puede hacer en esta vida? Vivir. Día a día, vivir intentando ser feliz. Para eso hay que encontrar el camino que te ayude a ser feliz. ¿A vivir se aprende? ¿Y a ser sacerdote? El día a día puede ser un aprendizaje si estamos abiertos, y en el sacerdocio igual. Sobre todo valoro estar con la gente, puede ayudar a que no nos estanquemos y adquiramos nuevas experiencias que suman siempre a la vida. ¿Podrías ser feliz sin ser sacerdote? Me hice sacerdote para ser feliz, antes no lo era completamente. ¿Crees que sabes vivir? Lo intento, aunque no siempre lo logro. ¿Es la eutanasia una salida inteligente a la vida? (Silencio) Miedo me da este tema. He hablado con mucha gente de ello, entre otros médicos, y por mucho que intento entender todas las opiniones, no lo logro. Me da miedo que se use la eutanasia para cribar. ¿Has sufrido alguna crisis vital? ¿En qué o en quién te apoyaste cuando la sufriste? Pues sí la he sufrido. Es importantísimo en esos momentos reconocer esa crisis y buscar ayuda. Tengo la suerte de tener gente que me ha ayudado y por supuesto la oración fue fundamental. ¿Cuál crees que es tu gran aportación a la Diócesis de Málaga? Pues no lo sé. Imagino que para algunos mis logros no serán para tanto, y para otros serán cosas importantes. Sí que he descubierto, por allí por donde he pasado, que el deporte es un gran medio de evangelización. Trato de ser yo mismo y vivir en la calle, con la gente. ¿Cuál es el mayor desafío al que se enfrenta nuestra iglesia local hoy? Me parece importante dar espacio real a los jóvenes y participación a los laicos. ¿El peor pecado del clero? Apalancarse en los puestos y olvidarnos de ser pastores. ¿Qué cosas te importan de verdad y qué cosas no te importan nada? Cada vez me importa más la gente y cada vez me importa menos lo que piensen los demás. ¿Quién es Jesucristo para ti? Todo. ¿Quién dice la gente que eres tú? Algunos piensan que soy cura un poco loco (ríe). Creo que siempre me han intentado encasillar como un cura moderno y creo que no lo soy tanto. ¿Te gusta cómo vives? Unos días más y otros menos. Intento no quejarme. ¿Te gusta complicarte la vida? Me encantan los retos. No me puedo estar quieto, siempre estoy inventando cosas. ¿Cómo te gustaría morir? En paz. ¿Qué le dirías a quien se esté planteando si Dios lo llama para ser cura? Que no tenga miedo, se puede ser muy feliz siendo cura. ¿Hay alternativa al sistema de vida en el que estamos inmersos? Sí, levantado la cabeza para dejar de mirar nuestro ombligo y mirar más a los lados para ver la necesidad real de los demás. ¿Tiene sentido seguir gritando verdades? Siempre hay que ser profetas, forma parte de nuestro seguimiento a Jesucristo. ¿Qué es lo más complicado que vives como sacerdote? Las prisas. A veces voy tan deprisa que puedo desatender a mis feligreses. ¿Cómo auguras el futuro inmediato de la diócesis de Málaga? Eso lo dejo en manos del Espíritu Santo. ¿Te preocupa cómo vive la gente? ¿Por qué? Me preocupa el dolor de la gente y no saber dar respuesta. ¿Un olor que recuerdes? Tierra mojada. ¿Tu flor favorita? La flor de almendro. ¿La palabra más hermosa del diccionario? Siempre misericordia.