NoticiaX Tantos Guillermo Tejero: «Es importante que aportemos nuestra vida» Guillermo Tejero, ecónomo de la Diócesis de Málaga // E. LLAMAS Publicado: 09/11/2017: 20643 El ecónomo de la Diócesis de Málaga, el sacerdote Guillermo Tejero, nos presenta las claves para celebrar el Día de la Iglesias Diocesana. ¿Qué celebramos en el Día de la Iglesia Diocesana? Es un día en que se nos recuerda que somos la Iglesia y que la formamos todos los bautizados. Una Iglesia que camina en todo el mundo y que se concreta en la realidad de cada Diócesis. Todos somos parte de esa historia, que hemos recibido y que tenemos que seguir escribiendo; esa historia del Reino de Dios en Málaga y Melilla, en nuestro caso. Se nos pide que colaboremos con lo que podamos, si puede ser, con una cuota, ¿por qué es importante colaborar con una cuota? Es importante aportar una cuota y yo diría más, que aportemos nuestra vida. Nuestra Diócesis será la que hagamos posible entre todos los cristianos de Málaga y Melilla, los turistas que vienen, los que pasean por ella… Y no solo se nos pide una cuota económica, que es importante sino, que nos planteemos, ¿cuál es la cuota de mi vida dedicada al servicio de la Iglesia y al servicio de los demás? Yo creo que ahí tendríamos que profundizar, en las mejores cifras de nuestra diócesis: 5.600 catequistas, 170 misioneros, 927 religiosos y religiosas, 295 hermandades y cofradías, 900 voluntarios de Pastoral de la Salud… ¿Somos los cristianos de la Diócesis de Málaga generosos? Sí, lo somos. Los cristianos malagueños y melillenses son muy generosos, siempre dispuestos a echar una mano. Nosotros invitamos, en este día, a aportar ayuda económica, sobre todo pensando en las parroquias que están más necesitadas en nuestra diócesis. Todo el dinero que se recoge va a una bolsa común y después se reparte entre aquellas realidades que tienen más necesidad. El lema de la campaña es “Somos una gran familia contigo”, ¿qué nos dice? El lema nos recuerda que la Iglesia es esa gran familia donde intentamos vivir y descubrir que tenemos al lado a un hermano y que no ayudamos por solidaridad, sino por fraternidad. Además, todos somos responsables de la marcha de todos, no podemos permanecer indiferentes ante la realidad del que tenemos delante. Nuestra sociedad nos está pidiendo una palabra de esperanza, de fe y de caridad. La Iglesia somos esta gran familia que te tiende la mano cuando te has tropezado, que te acompaña en las alegrías y que llora contigo en las tristezas; que te anima en el dolor y te acompaña. Esa gran familia que siempre tiene las puertas abiertas y te llena de la alegría del Señor.