¿Cómo recibes este nombramiento?

Con agradecimiento y responsabilidad. Es un servicio que la Iglesia andaluza me confía en este órgano pastoral y, en la medida de mis capacidades y posibilidades, estoy dispuesto a sumar y continuar la labor que ya se viene haciendo, que es mucha y muy significativa. El testimonio de caridad cristiana de las diez Cáritas diocesanas que forman Cáritas de Andalucía es imponente, es una Iglesia Samaritana, servidora de los pobres, presente en medio del mundo que construye Reino de Dios.

¿En qué consiste tu nuevo servicio?

Fundamentalmente se me encomienda, en comunión con los Obispos del Sur y desde una mirada más global, apoyar, coordinar y animar a caminar unidas las distintas Cáritas diocesanas, sobre todo en los programas y proyectos comunes, así como velar porque Cáritas Andalucía sea un lugar de encuentro, nexo de unión, de diálogo y de ayuda mutua de las Cáritas diocesanas. Evidentemente, también las funciones propias de representación que la presidencia lleva consigo.

Trabajar en comunión está en la raíz de toda labor de la Iglesia, ¿es posible que las Cáritas de toda Andalucía, con lo diversa que es, trabajen en comunión?

Sí, es posible. Las Cáritas andaluzas ya caminan unidas o mejor dicho en sinodalidad, desde la reflexión a la acción. Ya se vive y se tiene experiencia de caminar unidos en el testimonio de la caridad. Los problemas y realidades en cada provincia tienen sus particularidades pero, de un modo u otro, lo que vive una Cáritas diocesana se vive en el resto de Cáritas diocesanas.

Ahora has sido nombrado presidente, pero ya conocías este servicio desde la vicepresidencia. ¿Cuál es el reto mas acuciante que tiene Cáritas Andalucía?

Como órgano pastoral, desde los fundamentos que nos unen, el mayor reto sigue siendo llevar la alegría del Evangelio a quienes más la necesitan. Llevar la “Buena Noticia” no sólo de palabra sino también con obras, a quienes sólo reciben "malas noticias". Asimismo, Cáritas sigue teniendo como tarea permanente la sensibilización y animación de la comunidad cristiana para vivir la caridad organizada, porque los pobres son criterio de discernimiento de nuestra vivencia de la fe. En Andalucía tenemos realidades sufrientes: los migrantes, la vivienda, la desigualdad, el desempleo, la soledad de los mayores, los barrios de mayor exclusión social, personas sin hogar, la enfermedad menta.. cada Cáritas Diocesana conoce y está, ahí donde la dignidad de Hijos de Dios está rota, junto a esos rostros concretos.