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Alberto Ares sj: «Nuestra Iglesia está llamada a acoger e integrar»

Alberto Ares sj
Publicado: 24/05/2024: 6651

Entrevista

El jesuita Alberto Ares, director del Servicio Jesuita a Refugiados de Europa, será ponente junto a Patricia Fernández, abogada especializada en Migraciones, en el foro sobre este tema organizado por la Plataforma de Solidaridad con los Migrantes, de la que la Delegación Diocesana forma parte. Llega a Málaga desde Bruselas, donde coordina esta organización internacional para acompañar, servir y defender los derechos de los refugiados y otras personas desplazadas

Ha visitado Málaga para participar en este espacio de reflexión en red de la Iglesia y otras entidades civiles. ¿Qué mensaje le gustaría trasmitir?

Vivimos tiempos complejos, donde como Iglesia nos sentimos movidos a acoger las oportunidades y dar respuesta a los retos sociales junto a nuestros hermanos y hermanas migrantes y refugiados.

El Nuevo Pacto Europeo sobre Migraciones y Asilo, además de la realidad que se vive en el contexto europeo ante las Elecciones al Parlamento Europeo, plantean serios retos a los pilares en los que se cimienta nuestro proyecto europeo, como son el respeto de la dignidad humana, la igualdad, la democracia, la solidaridad, la justicia, la hospitalidad y el respeto de los derechos humanos.

Hoy más que nunca reconocemos como nuestra Iglesia peregrina está llamada a acoger, proteger, promover e integrar, como el papa Francisco nos exhorta con entusiasmo y reiteración. La primera carta de Pedro reitera esa necesidad de estar “siempre dispuestos, con humildad y respeto, a dar razón de nuestra esperanza.” (1 P 3, 15-16)

La Delegación Diocesana de Migraciones ha alertado de las nuevas regulaciones en materia de migración en Europa. Aquí, en España, la última instrucción aprobada por el gobierno en materia de asilo deniega el arraigo laboral a los solicitantes de asilo y deja de contabilizar su permanencia en España a los efectos de solicitar arraigo social, lo que podría dejar en situación administrativa irregular a más de 150.000 personas más. El futuro se prevé insolidario, ¿no es así?

Todas las medidas y políticas, como esta tomada por el gobierno, tienen que ser entendidas dentro de un contexto amplio y una estrategia a medio plazo que dé una respuesta integral a los distintas oportunidades y retos sociales para seguir tejiendo comunidades acogedoras, donde se gestione la riqueza de la diversidad y sigamos creciendo en cohesión social.

Lamentablemente este tipo de medidas, tienen una mirada muy cortoplacista, intentando dar respuestas parciales a situaciones que necesitan mirarse en su conjunto. Si no lo que seguiremos haciendo es que las personas más vulnerables vivan situaciones de mayor precariedad y exclusión, lo que revertirá negativamente a la sociedad en su conjunto, y seguiremos sin dar una respuesta con sentido.

La reciente exhortación pastoral “Comunidades acogedoras y misioneras. Identidad y marco de la pastoral con migrantes” de la Conferencia Episcopal Española, afirma que “el futuro de la sociedad y de la Iglesia en España pasa por la plena incorporación de las personas migradas”. Es decir, “o somos una Iglesia acogedora y misionera, o no seremos”. 

¿Y los católicos que miran con inquietud esta realidad?

Este documento de la CEE ha sido redactado, después de un proceso de escucha y reflexión, en ese espíritu de sinodalidad, como iglesia en camino; cuyo objetivo es formular una pastoral transversal con personas migradas, en una Iglesia «en salida» donde “cabemos todos”.

Se necesitaba una actualización de la identidad y el marco de referencia de la pastoral con personas migradas en España, ya que desde el 2007 han sucedido muchos cambios en la sociedad y en la propia Iglesia.

Este documento también está pensado para intentar dialogar con las personas católicas que miran con inquietud esta realidad. Creo que es muy importante, sentarnos juntos, escucharnos y ver las motivaciones profundas que mueven nuestros corazones.

Todos necesitamos una conversión personal y pastoral, como nos invita la exhortación en el capítulo tercero, un volver a Jesucristo peregrino y migrante, para crecer en amistad con él. Asimismo, para seguir creciendo en el valor de la hospitalidad “como principio de humanización y puente entre las culturas y las personas”.

También insiste la exhortación en el trabajo en red con personas migradas, dentro y fuera de la Iglesia. ¿Sólo así seremos semilla de transformación social?

La exhortación nos invita a “crecer en coordinación, misión compartida y trabajo en red, caminar juntos en la diversidad sin la confusión de roles y servicios; a crecer juntos en la fe, la formación, la caridad y el sentido de identidad”.

Nos plantea un reto dentro de la Iglesia, que tiene que ver con la forma de vivir nuestra fe, y la propuesta de ir creando espacio dentro de nuestras comunidades para incluir a todas las personas, viviendo la riqueza de la diversidad.

Pero también se refiere a un “reto ad extra”, principalmente la manera de ser una Iglesia verdaderamente misionera que sale al camino, al encuentro de las personas necesitadas, las descartadas, y donde somos llamadas a ser como el “Buen Samaritano”.

Esas dos actitudes son sin duda una semilla de transformación social y que mantendrá viva la esperanza en una mesa compartida, la del Reino, donde todas las personas tengamos nuestro lugar y compartamos.

FORO DE MIGRACIONES

El foro de Migraciones organizado por la Plataforma de Solidaridad con los Migrantes, dentro de la cual está la Delegación Diocesana de Migraciones, se celebró el día 7 de junio, de 10.00 a 17.30 horas en la biblioteca provincial de Málaga (Avda. Europa, 49). En él, se abordaron los retos en torno al Pacto Europeo de Refugio y Asilo. 

 

Ana María Medina

Periodista de la diócesis de Málaga

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