DiócesisComentario al Evangelio

Comentario al evangelio de la Solemnidad de Pentecostés, por Pedro Leiva

Pedro Leiva, director de los Centros Teológicos de la Diócesis de Málaga
Publicado: 02/06/2022: 825

El director de los Centros Teológicos de la Diócesis de Málaga, Pedro Leiva, ayuda a profundizar en el evangelio de la Solemnidad de Pentecostés, 5 de junio, (Juan 20, 19-23).

La paz que el mundo ansía

En esta sociedad del bienestar y la seguridad, parece, paradójicamente, que estamos llenos de miedos. Estamos como aquellos discípulos de Jesús: con las puertas cerradas por miedo. Los fenómenos del estrés, de la violencia, de la guerra, de la búsqueda de evasión a cualquier precio, tienen su raíz en el miedo existencial de las personas, cuando pierden el norte y el sentido de la vida. Por eso, de múltiples maneras todo el mundo ansía la paz.

Ahora bien, ni todo el mundo la busca por los mismos caminos, ni todo el mundo la encuentra. En este trozo del evangelio de Juan en el que se nos narra una de las apariciones de Jesús resucitado, se nos dice de manera muy clara dónde y cómo los cristianos encontramos la paz: la encontramos en la experiencia gozosa del Señor en medio de nosotros. Aunque, eso no es todo. La paz que da la presencia de Jesús no se parece en nada a una especie de relajación egocéntrica tipo «nueva era». Se trata, más bien, de una alegría serena que nos urge a abrir las puertas, dejar atrás nuestros miedos e ir al mundo.

Para eso Jesús nos da su Espíritu, para ser enviados, tras estar con Él. El Espíritu Santo, que hizo posible la entrada del Hijo de Dios en el mundo, es el mismo que Jesús nos da para que también podamos nosotros adentrarnos en él como en tierra de misión.

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