DiócesisComentario al Evangelio

Comentario al evangelio del Domingo VIII del Tiempo Ordinario, por Gabriel Leal

Gabriel Leal, sacerdote de la Diócesis de Málaga// F. HERNÁNDEZ · Autor: F. HERNÁNDEZ
Publicado: 25/02/2022: 1084

El sacerdote Gabriel Leal, profesor de los Centros Teológicos de la Diócesis de Málaga, ayuda a profundizar en el evangelio del Domingo VIII del Tiempo Ordinario, 27 de febrero de 2022 (Lucas 6, 39-45).

De la abundancia del corazón habla la boca

Las palabras del Evangelio están dirigidas a los discípulos, a nosotros, y se refieren principalmente a nuestra relación con los hermanos, miembros de la comunidad cristiana. Ellas nos advierten de que hemos de ser muy prudentes a la hora de valorar a los demás y de practicar la corrección fraterna. Siendo discípulos, corremos el riesgo de querer guiar al que consideramos ciego, sin darnos cuenta de la viga que hay en nuestro ojo, lo que muestra hasta donde llega nuestra ceguera. Si estuviésemos en condiciones de guiar a otro, lo primero que veríamos es la viga de nuestro ojo, y empezaríamos por intentar quitárnosla. Quien se considera con buena vista para juzgar y condenar a los demás es que está ciego, se equivoca.

Pero, ¿no tenemos la responsabilidad de practicar la corrección fraterna? Sí, pero sólo podremos corregir fraternalmente si lo hacemos con conciencia de nuestros propias limitaciones y pecados, con humildad, mansedumbre y discreción, buscando solo el bien del hermano, sin comentarlo con nadie. Y esto cuando nos cueste más esfuerzo corregir que callar. No nos engañemos. La crítica, la condena, la murmuración muestran la verdad de lo que hay en nuestro corazón, porque de la abundancia del corazón habla la boca. Del hombre bueno nunca saldrán críticas, juicios malévolos, ni murmuraciones; solo saldrá perdón, bien y generosidad.

Gabriel Leal

Sacerdote diocesano

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