¿Qué sintió al ser nombrado predicador de la Patrona este año?

Sentí una mezcla de sentimientos, por un lado una gran alegría y agradecimiento al poder colaborar en la celebración de la novena de nuestra Patrona Santa María de la Victoria, de poder aportar el granito de arena de la predicación en esos días especialmente marianos en nuestra Diócesis y, por otro lado, como es lógico, la responsabilidad que conlleva.

¿Qué tiene la Virgen de la Victoria que a todos los diocesanos nos tiene enamorados?

Pues que es nuestra Patrona,y nuestra Madre, la que vela e intercede por cada uno de los malagueños ante su Hijo; a Ella acudimos en los momentos de alegría, de gozo y también en los que necesitamos especialmente su ayuda y consuelo; momentos en los que hemos sentido su protección, su mano maternal y su intercesión; y por eso, aquello que nos enseñaban y aprendíamos de pequeños, con el paso del tiempo, lo hemos ido experimentando y viviendo en nuestra vida. Como decía san Bernardo «Jamás se ha oído decir que ninguno que ha acudido a vuestra protección, implorado vuestro auxilio, haya sido abandonado de vos».

¿Cómo va a enfocar su predicación?

Quisiera contemplar los distintos momentos de la Vida de María que están representados en las vidrieras del camarín de Santa María de la Victoria y que son los que lo iluminan y le dan luz, para que también a nosotros, en esos días de preparación para la fiesta de nuestra Patrona, nos ayuden e iluminen en la oración y contemplación. Teniendo también especialmente presente este año Jubilar de la Misericordia que estamos celebrando.

¿Cómo nos recomienda vivir las fiestas de la Patrona?

Creo que hemos de vivir estos días con la alegría propia de un hijo que se dispone a celebrar la fiesta de su Madre, y eso conlleva intentar asistir y participar en todos y cada uno de los actos celebrados en honor de Santa María de la Victoria, como expresión de nuestro cariño y amor por ella. Pero sobre todo que estos días nos ayuden a aumentar y fortalecer nuestra devoción a nuestra Madre y Patrona Santa María de la Victoria; buscando imitarla en nuestro camino diario como discípulos de su Hijo. Que sean días en que nos cojamos fuertemente de su mano para que nos lleve hasta Jesús.