NoticiaSeminario Seminario Menor: un espacio de vocación, escucha y libertad Monitores del Menor junto a su rector, Antonio Eloy Madueño · Autor: F. J. CUENCA Publicado: 17/10/2015: 11797 Los días 17 y 18 de octubre tuvo lugar la primera convivencia del Seminario Menor en este curso pastoral. Bajo el lema “Jesús vive en mí”, más de 60 chavales viven una experiencia única. El sábado, la alegría es doble, pues participan en la ordenación de tres nuevos diáconos para la Iglesia de Málaga. Uno de ellos nos cuenta su paso por el Menor. El sacerdote Antonio Eloy Madueño es el rector del Seminario Menor. Explica que el lema "Jesús vive en mí" se viene usando desde la convivencia del pasado verano. Con dicho lema se expresa el deseo de que “los niños y jóvenes del Menor descubran que Jesús está en cada uno de nosotros y así poder escuchar su llamada”. El Seminario Menor está presente en las prioridades pastorales, donde podemos leer: “Los jóvenes necesitan ayuda para escuchar la voz de Dios y descubrir su vocación; hay que facilitar espacios de oración, para que los niños y jóvenes se encuentren con Dios, puedan oír su llamada y secundarla; hay que plantearles esta vocación como un camino de vida, lleno de gozo y de alegría. Antonio Eloy afirma que el Menor es uno de esos espacios: “es un lugar fundamental para la pastoral vocacional, en el que se ayuda a descubrir y expresar la vocación sacerdotal. Un espacio donde los jóvenes encuentran a otros jóvenes de sus edad con los que pueden celebrar la fe y hablar de Jesucristo de una manera libre y cercana. Un lugar y un espacio abiertos y libres donde se puede vivir la fe como jóvenes que son. Esto les ayuda una barbaridad”. Más de 60 chavales forman la familia del Menor (en verano más de 70). Sus edades van desde los 11 a los 18 años. Antonio Eloy explica que son varias las actividades que realizan con ellos a lo largo del año: “una convivencia mensual desde el sábado por la mañana hasta el domingo por la tarde, que terminamos con una reunión con la familia; hacemos salidas a las parroquias para llevar el Evangelio y anunciar la pastoral vocacional del Seminario Menor; en Navidad visitamos los belenes y las parroquias; para los jóvenes de 4º de ESO y Bachillerato organizamos un retiro vocacional en el que se les propone la vocación sacerdotal de forma más directa, pues se encuentran en un momento decisivo de sus vidas; también participamos en la campaña vocacional del Seminario, en el envío misionero, la convivencia con las familias y el campamento de verano”. Manuel Otero, Gerardo Rosales, Juan Manuel Caracuel, Eloy Sánchez y José Miguel Porras son los cinco seminaristas mayores (alumnos de 2º a 5º de Teología) que forman el equipo de monitores del Seminario Menor junto al rector, Antonio Eloy Madueño. Algunos de ellos fueron también seminaristas menores, como es el caso de Daniel Martín, que este sábado recibe la ordenación como diácono en la Catedral, paso previo a la ordenación sacerdotal, que recibirá en el próximo año. Del Menor al Mayor “El Menor fue para mí una experiencia muy rica, a todos los niveles”, afirma el seminarista Daniel Martín, “en primer lugar, a nivel humano, pues podía compartir mis vivencias, mis inquietudes, y mi fe con jóvenes de mi edad e incluso mayores. También ha sido una experiencia de Iglesia y de comunión diocesana, porque me encontré con jóvenes de distintos puntos de la diócesis. Ha sido una experiencia formativa y espiritual, en la que he tenido un acompañamiento espiritual muy importante, por eso digo que es un proceso también de maduración en todos los sentidos. Yo comencé en 1º de ESO y, hasta 2º de Bachillerato, he crecido no sólo en edad, sino también en experiencia de Dios”. Daniel no llegó al Seminario con la idea de ser sacerdote, según explica, “la verdad es que, cuando entré al Menor no tenía seguridad ninguna, ni pensamiento, de que Dios me llamara para esto. Pero en 2º de Bachillerato me lo planteé seriamente. A mí lo que realmente me impulsó a entrar en el Menor es que mi hermano mayor, hoy sacerdote, entraba en el Mayor y yo, que estaba muy apegado a él, quería verlo más, ahí tenía una oportunidad. Una vez dentro, las cosas cambiaron y seguridad no encontraba, pero sí tenía una inquietud. Al final, di un salto de fe y me abandoné en las manos de Dios. Como dice el ritual de la ordenación: "confía en que Él que ha empezado en ti esa obra buena, Él mismo la llevará a término". Y en ello estoy”. Fue seminarista menor, seminarista mayor, monitor del menor y ahora va camino de la ordenación sacerdotal. De su experiencia como monitor destaca “que son muchachos de su edad y de su época y saben compaginar su realidad con el seguimiento de Jesucristo. Se siguen preguntando, siguen queriendo conocerlo más y todo ello lo viven en su ambiente, con su familia y también con el seguimiento de sus monitores y las convivencias en el Seminario. Mi experiencia como monitor ha sido muy grata, me ha encantado poder devolver al Seminario algo de lo mucho que me ha dado. Por eso he valorado siempre mucho el seguimiento a los muchachos, la continuidad, el no esperar a que vengan el mes siguiente, sino seguir llamándolos y quedar con ellos y, en definitiva, que me vean como a un hermano mayor, como a alguien que está ahí, en quien confían, que saben que ha pasado por lo mismo que ellos y a quien pueden recurrir en los momentos de necesidad y de duda”. Para más información, pueden enviar un email a menor@diocesismalaga.es o hablar con su párroco, responsable de movimiento, de grupo, de cofradía… Pues se trata de un servicio de acompañamiento de la Iglesia para ayudarles a descubrir su vocación.