NoticiaColaboración Gracias Publicado: 05/03/2014: 5670 Ignoro si aquella persona advirtió que con su “¡gracias!”, me había hecho el mejor regalo. Y es que dar gracias supone un corazón bien nacido. Vino a verme y lo escuché atentamente. Poco más hice. Pero cuando nos despedíamos él me cogió la mano y dijo: “¡Gracias!” Lo dijo con tanta verdad que me emocionó. "Gracias", y me estaba diciendo que se había dado cuenta, que apreciaba el valor de mi acción, que me agradecía haber puesto mi libertad a su servicio, que en un mundo donde todo se mercantiliza, todavía existían acciones y valores que no se dejaban manipular. Ignoro si aquella persona advirtió que con su “¡gracias!”, me había hecho el mejor regalo. Y es que dar gracias supone un corazón bien nacido. Un corazón fiel al Dios de Jesús, al Dios de la gracia. Es curioso, gracias en el original hebreo, hën, significa inclinarse favorablemente hacia alguien. Y Dios es gracia: Él inclina su inagotable favor siempre hacia nosotros. Por eso, la acción de gracias debe ser el alma de la vida cristiana. San Pablo, que de esto sabía un rato, en 2 Timoteo 3,2 hablando de los vicios de los últimos tiempos, señala entre ellos la ingratitud, es decir, los cristianos no han de ser “acharistoi”, ingratos, sino “eucharistoi”, desbordantes de agradecimiento, como ocurre en la Eucaristía. Autor: diocesismalaga.es