NoticiaColaboración La oración Publicado: 24/02/2014: 7180 La oración es un abismo: el abismo del hombre que invoca al abismo de Dios, decía Ángel Silesius. La oración siempre avisa: aquí no sirven esquemas, ni caretas, ni palabras a medias. La oración es un mar que descubre quien se adentra y persevera. La oración es un abismo: el abismo del hombre que invoca al abismo de Dios, decía Ángel Silesius. La oración siempre avisa: aquí no sirven esquemas, ni caretas, ni palabras a medias. La oración necesita acallar los ruidos de la mente y sosegar los latidos del corazón. La oración es luz, aunque nos bañen las tienieblas; y camino, aunque no encontremos la senda. La oración transforma el dolor en cruz y el vacío en presencia salvadora. La oración es palabra, postura, gesto, respiración, mirada, silencio, presencia y abandono. La oración es consuelo, sostén, llegada, fortaleza, paz y encuentro de amor y alegría. La oración descubre nuestro centro, la Presencia que nos mira y ama. La oración introduce en la danza de lo eterno. Autor: Lorenzo Orellana, sacerdote