¿Cómo ha sigo la acogida y la llegada a este nuevo destino?
La acogida ha sido genial. Olías es una realidad pastoral pequeña comparada con otras que pueda haber en la diócesis y eso la convierte en algo familiar y entrañable, como todos estos pueblos de interior.

¿Cómo es la comunidad que forma esta parroquia?
La comunidad parroquial es de gente que vive de forma estable en el pueblo y de gente que pasa la semana en Málaga (ciudad) y se acerca los fines de semana. Incluso, alguno de los que viven en Málaga también están vinculados a parroquias de la ciudad como catequistas o miembros de distintas hermandades y cofradías.

¿Cuáles son los principales retos que plantea su nueva misión?
Los nuevos retos son múltiples. Por un lado como párroco rural, que siempre me ha encantado serlo, deseo echar tiempo de sobra a mi presencia en Olías, nada de llegar corriendo y volver corriendo. Hay que estar disponible a las buenas gentes de los sitios. Al mismo tiempo, estando abierto a la demanda que pueda haber, de hecho vamos a retomar la catequesis infantil de iniciación cristiana, por ejemplo, aunque sólo sean dos críos. Como vicario parroquial del Corpus Christi y Virgen de Gracia, en Málaga, y el arciprestazgo, pues la misma idea: estar totalmente a disposición de la necesidades que pueda haber, por ello llevaré la Pastoral de la Salud, la capellanía de las Religiosas de los Ángeles Custodios, la atención Pastoral de la capilla de La Mosca, la atención de la residencia Ballesol de El Cerrado, los Scouts, y eucaristías de diario en el Corpus. Un par de mañanas a la semana seguiré colaborando en el cementerio.

¿Qué está dispuesto a aportar? ¿Cuál cree que es su mejor "talento" para poner al servicio de esa comunidad?
¿Aportar? Realmente espero recibir. Pero como aportación pues la alegría, las reflexiones diarias, dedicar tiempo a estas tareas sin prisas y, como buen scout, servir en todo lo posible.

¿Cómo has vivido el cambio?
El cambio lo he vivido con ilusión y esperanza. Llevaba unos años pidiendo estar más cerca de mi madre y por fin ha llegado. Ahora ella me ve casi a diario. Por otro lado, Pedregalejo es mi barrio de nacimiento y el Corpus mi parroquia de origen y, tengo mucho que agradecer y ahora siento la posibilidad de hacerlo con el trabajo cotidiano. También la emoción de estar más cerca de mis Scouts, a los que siempre he dedicado mi tiempo libre, pues ahora además como encargo pastoral. Por otro lado, las celebraciones litúrgicas y más en concreto el sacramento de la Penitencia, al que dedico unas 3 horas en los fines de semana. En fin, muchas cosas que me llevan a estar agradecido a Dios y a la Iglesia.