NoticiaEntrevistas «Cada joven es un regalo de Dios a la sociedad» Francisco J. Ruiz Guillot, nuevo delegado de Infancia y Juventud de la diócesis de Málaga Publicado: 15/07/2020: 25214 DELEGADO DE INFANCIA Y JUVENTUD Francisco J. Ruiz Guillot ha sido nombrado delegado episcopal de Pastoral de Infancia y Juventud. A sus 29 años, hace cuatro que recibió la ordenación sacerdotal, de manos del Obispo de Málaga, D. Jesús Catalá. Afirma que «todas las tareas y destinos que me han pedido que haga las he vivido como un servicio, que he intentado hacer lo mejor que he podido y sabido, y con esta tarea intento vivirlo de la misma manera». «Los jóvenes desempeñamos el papel del hoy, transformando la sociedad desde dentro con la riqueza del Evangelio y mostrando el rostro más actual de la Iglesia que quiere salir al encuentro de aquellos amigos nuestros con los que compartimos roles, ambientes, etapas y cultura» Cuatro años de vida sacerdotal, ¿en qué lugares de la diócesis has compartido tu vida? Hace cuatro años que fui ordenado sacerdote, el 25 de junio de 2016. Desde entonces, he estado dos años como cura en pueblos, en las parroquias de la Santa Cruz Real de Teba y de la Purísima Concepción de Almargen. En junio de 2018 fui destinado como vicario parroquial a de Santa María de la Amargura, en Málaga capital, donde estoy actualmente. Ese mismo curso pastoral 2018-2019, comencé apoyando y acompañando al sector joven de la Acción Católica de nuestra diócesis, y como capellán en el instituto de Santa Rosa de Lima de la Fundación Diocesana de Enseñanza. Al llegar a Málaga, también me integré en el equipo permanente de la Delegación de Juventud y, a principios de este curso 2019-2020, fui nombrado vice delegado de Pastoral Juvenil. ¿Qué supone para ti este nuevo nombramiento como delegado de Infancia y Juventud? Para mí es un servicio que el Obispo me ha pedido que desarrolle en la diócesis. El día de nuestra ordenación nos ponemos a disposición de la Iglesia como servidores y portadores de un tesoro que llevamos en la fragilidad de nuestras vidas. Todas las tareas y destinos que me han pedido que desarrolle los he vivido como un servicio, que he intentado hacer lo mejor que he podido y sabido, y con esta tarea intento vivirlo de la misma manera. Conoces la labor de esta Delegación desde dentro, llevas años colaborando, ¿seguirás trabajando con el mismo equipo, o también se renueva? La labor de esta Delegación es muy conocida en nuestra diócesis, no hace falta estar metido dentro para darse cuenta de que, desde hace muchos años, la Delegación de Infancia y Juventud de la diócesis lleva trabajando con adolescentes y jóvenes de una manera organizada y testimonial. La Delegación siempre ha contado con un gran equipo de trabajo y de colaboradores que ha hecho posible que el servicio en el campo de la pastoral juvenil dé muchos frutos en la diócesis. Una de las cosas que hay que destacar del trabajo de la Delegación es la continuidad, ya que los delegados y los equipos de trabajo han ido continuando lo que delegados y equipos anteriores han trabajado, aportando un aire nuevo y adaptándose a las circunstancias del momento. El equipo se va a renovar en parte pues hay miembros del equipo anterior que han pedido salir, porque ya llevaban varios años y ven necesario un cambio y que entre savia nueva. Por eso, en esta etapa entrará gente nueva al equipo permanente. Intentaremos vivir eso que dice Jesús en el Evangelio acerca del Reino de Dios, que es como un vendedor de telas que saca del arcón lo viejo y lo nuevo. ¿Cuáles dirías que son las prioridades y los retos más urgentes que tiene esta Delegación? La prioridad es la de ayudar a los adolescentes y a los jóvenes a descubrir que Dios es un Padre que los ama, que Jesús es el amigo vivo y resucitado que los salva y que el Espíritu da vida, además de servir como estructura de comunión dentro de la diócesis. Esta es la primera prioridad. Pero es también necesario en este tiempo llevar a cabo una recepción seria del Sínodo de los obispos, donde se trató el tema de los jóvenes, el discernimiento y la vocación. Aunque aún no hemos establecido las líneas de trabajo para el siguiente curso, es necesario llevar a cabo un trabajo conjunto entre las delegaciones de Juventud y Pastoral Vocacional, siguiendo la línea del sínodo: potenciar la dimensión evangelizadora y de primer anuncio entre los jóvenes; y ofrecer un proyecto serio y continuo de formación de los jóvenes, ayudándoles a crecer y madurar en la fe, para dar respuesta de ella en sus ambientes. También es necesario seguir potenciando la comunión y el trabajo conjunto entre los arciprestazgos, movimientos, asociaciones, etc. Si tuvieras que destacar algunas características de los jóvenes de hoy, ¿cuáles dirías? Es muy difícil establecer características de los jóvenes, ya que cada joven es único y tiene sus características particulares que lo enriquecen. Pero, sí me doy cuenta de que hoy los jóvenes asumimos los retos que nos toca vivir con ilusión y con mucha fuerza. Hoy día, se hace muy presente entre la juventud las ganas de superarse y de desarrollar proyectos que trasformen la sociedad y aporten algo nuevo y valioso al mundo en el que vivimos. En el ámbito de nuestras parroquias, movimientos, cofradías y asociaciones, en el clero y en las congregaciones religiosas, los jóvenes desempeñamos el papel del hoy, transformando la sociedad desde dentro con la riqueza del Evangelio y mostrando el rostro más actual de la Iglesia que quiere salir al encuentro de aquellos amigos nuestros con los que compartimos roles, ambientes, etapas y cultura. Cada joven con sus características es un regalo de Dios a la sociedad en la que hoy vivimos.