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«Me entrego a Dios en el servicio al pobre»

Publicado: 30/01/2012: 1958

Sor Asunción Rodríguez Torres tiene 82 años. Nació en Madrid y es Hija de la Caridad desde el año 1954. Ha trabajado en Jaén, Málaga, Almería, Granada... Ahora está en el Colegio de la Milagrosa, en El Palo.

 –¿Cómo surgió su vocación? 

–Sentí la necesidad de ser fiel a la llamada del Señor que tenía dentro de mí. 

–¿Cómo se lo tomaron su familia y sus amigos? 

–Tanto a unos como a otros les causó una sorpresa muy grande, pues yo hacía una vida normal de trabajo, salidas, diversiones... Nunca lo sospecharon. 

–¿Cómo definiría usted el carisma de su congregación? 

–Entregadas a Dios para servir a Cristo en los pobres. 

–¿Cómo es un día en su vida? 

–Por la mañana, compartimos en comunidad la oración y la Eucaristía. Esto es lo primero, para después poder seguir adelante. En estos momentos me siento feliz siendo útil a las necesidades de las demás hermanas de comunidad. Las acompaño cuando salen a consultas, al ambulatorio, a hacer compras... También asisto a diversas actividades que tenemos dentro de casa, como talleres ocupacionales, de labores... que dos veces al año ponemos a la venta para recaudar fondos y enviar a las misiones. También ayudo en el comedor de la guardería que tenemos en El Palo, y atiendo el teléfono de la casa por las tardes. Y, por supuesto, salgo a andar por el paseo marítimo una hora, por prescripción del médico. A última hora del día, la oración, la cena y a las 23.00 horas, me retiro a descansar. 

–¿Engancha la vida religiosa a los jóvenes?, ¿es cierta la crisis vocacional? 

–Vocaciones sí hay, lo que sucede es que todos los valores que tienen ahora los jóvenes, que son muchos, son capaces de salir a este encuentro, a esta invitación, pero no de por vida, sino de forma temporal. Por ejemplo, ayudan en las colonias y los campamentos de verano, en residencias de personas mayores, salen al extranjero para llevar la buena noticia, dan unas catequesis impresionantes... pero no es una forma de vivir. Actualmente, todo lo tienen a su alcance sin esfuerzo, llevan una vida cómoda y no dan el paso decisivo para siempre. 

–Lo que nunca olvidará de su vida como consagrada. 

–Lo que nunca olvido es el haber vivido distintas etapas de la vida en tan diversos servicios por los que he ido pasando desde 1954, año en el que ingresé en las Hijas de la Caridad. Me han enriquecido mucho y me han hecho más persona. 

–Por qué da gracias a Dios todos los días... 

– ... por la vida. 

–El momento más difícil de su vida. 

–Sentirme impotente ante el drama de la enfermedad mental durante el tiempo que trabajé en un psiquiátrico. 

–¿Alguna vez ha pensado en tirar la toalla? 

–No, pues cada día me propongo vivir con la misma intensidad que al principio de mi entrega a Dios en el servicio al pobre. 

Escucha la entrevista realizada a Madre Saray Ramírez y Sor Asunción Rodríguez en "El Espejo de la Iglesia de Málaga"

Autor: diocesismalaga.es

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