NoticiaEntrevistas Eningo Patabobe: «La vida de fe de mi abuela fue clave en mi vocación» Publicado: 14/06/2021: 21106 Fernando Eningo Patabobe ha sido ordenado sacerdote este sábado a las 11.00 horas, en la Catedral de Málaga. Hace unos días concluía su formación académica con el examen de Síntesis Teológica y su formación pastoral. Ahora comienza una nueva etapa como presbítero. Homilía íntegra de la ordenación de Fernando Eningo Patabobe Ante la ordenación sacerdotal, ¿cuál es su acción de gracias a Dios? Tengo muchas cosas que agradecerle a Dios. En realidad, le agradezco por todo. Ante la ordenación, en concreto, le agradezco por haberme elegido y, sobre todo, por haber estado allí siempre, no se ha alejado nunca y me ha ido fortaleciendo y haciéndome comprender que esto es de Él y que me quiere a pesar de todo. ¿Cómo surgió su vocación?, ¿cómo se dio cuenta de que el Señor lo llamaba? Mi vocación ha ido creciendo a través del tiempo. Siempre digo que no puedo hablar de un solo momento clave porque fueron varios momentos en mi vida en los que el Señor me mostraba su rostro y su amor, sobre todo en esos momentos de debilidad donde uno no sabe encontrarse con la verdad de su vida. Quiero destacar el testimonio vital de mi abuela, su vida fue una inspiración, era una cristiana comprometida y toda su vida la iluminaba con la luz de Cristo; también está mi parroquia de origen, en Guinea, en la que, a través de los grupos y la coral crecía en la fe; y a través del párroco conocí la realidad del Seminario donde de una forma explícita me hablaban de ser sacerdote. Pasó mucho tiempo antes de que yo mismo hablase en primera persona acerca de ser sacerdote; me ilusionaba pero, al mismo tiempo, me daba miedo porque lo consideraba algo grande y no me creía que fuese digno de tal grandeza. Poco a poco, y en la amistad con Jesucristo, siento que, a pesar de todo, Él está conmigo y me acompaña, por lo que hoy por hoy no tengo miedo. Fue alumno del Instituto Superior de Ciencias Religiosas como un laico más, antes de entrar al Seminario, ¿qué destacaría de aquella época? Estuve poco tiempo en el Instituto, antes del Seminario. Lo recuerdo con agradecimiento, estaba recién llegado a España y, tanto los compañeros como los profesores que me encontré, entendían la situación y simpatizaban conmigo. Es un privilegio encontrar una muy buena acogida. ¿Qué papel ha tenido su familia en su vocación? ¿Cómo le han acompañado a pesar de la distancia? Fue clave, los primeros años fueron muchos más complicados, el hecho de pensar que iba a ejercer mi ministerio fuera de mi tierra natal me ponía mal, pero agradezco a mi familia porque, a pesar de la distancia, les he sentido siempre cerca, me han animado y siguen haciéndolo. Su fe y la convicción que tienen ellos de que estoy aquí por obra del Señor me animan a seguir con mucha ilusión y con alegría. ¿Viajará a Guinea, su tierra natal, para celebrar la "primera Misa"? Sí, tengo programado ir a Guinea y celebrar allí la Misa. Compartir esta alegría que tiene sus inicios por esas tierras. ¿Es muy distinta la celebración de la fe en España que en Guinea? Sí, muy distinta. La forma de expresar la fe allí es mucho más intensa y muy expresiva. Y las celebraciones tienen el tono de “fiesta” del Señor, todos sabemos lo que significa ir a una fiesta. Y del pueblo de Cártama Estación, en el que lleva un año acompañando y sirviendo, ¿qué destacaría? La cercanía y el sentido de comunidad que tienen. Aquí viven la fe de una forma muy unida. Y ahora, después de la ordenación, ¿cómo se imagina su vida como sacerdote? Los que me conocen un poco saben que no me suelo entretener en idealizar mucho, simplemente me pongo delante de lo que sea y voy aplicando lo poco que sé y lo que estoy aprendiendo. Lo que tengo claro es que estaré preguntando, al ordenarse uno empieza a caminar de verdad y necesita estar al lado de la gente que le aporte todos esos conocimientos, eso es lo que, por el momento, quiero imaginar: obedecer donde me manden y estar cerca de los hermanos que ya llevan tiempo en esto para que me ayuden a hacerlo lo mejor posible.