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Envío de los profesores cristianos (Catedral-Málaga)

Publicado: 26/09/2020: 11019

Homilía pronunciada por el Obispo de Málaga D. Jesús Catalá en la Misa de Envío de los profesores cristianos celebrada en la Catedral el 26 de septiembre de 2020.

ENVÍO DE LOS PROFESORES CRISTIANOS

(Catedral-Málaga, 26 septiembre 2020)

 

Lecturas: Ez 18,25-28; Sal 24,4-9; Flp 2,1-11; Mt 21,28-32.

(Domingo Ordinario XXVI-A)

 

1.- En el evangelio de hoy Jesús presenta la parábola de los dos hermanos, a quienes su padre les pidió que fueran a trabajar a la viña. El primero dijo que no iría a trabajar, pero fue (cf. Mt 21,28-29); el segundo dijo que iría a la viña, pero no fue (Mt 21,30).

La parábola delinea nuestro tibio cristianismo porque le decimos a Dios: “Vamos a hacer lo que nos mandas, Señor”, pero dilatamos nuestras acciones y no cumplimos nuestros compromisos.

La salvación no viene dada por una etiqueta; podemos llamarnos cristianos y no ser consecuentes con la fe profesada. El Señor dice que los llamados pecadores públicos irán por delante en el reino de Dios (cf. Mt 21,31).

Se mide la conducta personal y la coherencia de vida. El profeta Ezequiel recuerda que, si el inocente comete maldad morirá por su maldad (cf. Ez 18,26); y si el malvado se convierte y practica la justicia, salvará su propia vida (cf. Ez 18,27). El valor reside en las acciones de nuestra vida.

No nos salvamos por el simple hecho de estar bautizados, de pertenecer a la Iglesia, o de trabajar en una institución educativa eclesial, sino por la respuesta coherente, fiel y generosa a la llamada que el Señor nos hace para ser santos.

 

2.- Nuestra Diócesis celebra hoy el envío de profesores cristianos. Debido a las restricciones de aforo por la pandemia este año hacemos el envío de profesores no solo en la Catedral, sino en todas las parroquias de la diócesis. Los párrocos, en nombre del Obispo, envían y bendicen la labor educativa cristiana desde las propias comunidades parroquiales.

Quienes trabajáis en el ámbito educativo, en todos los niveles, sois enviados en nombre de la Iglesia para anunciar el evangelio de Jesucristo. Es una tarea que os corresponde por compromiso bautismal, compartiendo con los demás la luz de la fe, recibida como don.

Vuestro servicio a la Iglesia es fundamental, porque anunciáis el evangelio en los diversos ámbitos de la enseñanza, desde la escuela infantil hasta la universidad. En ese período la persona humana adquiere los conocimientos, los hábitos y las actitudes que regirán toda su vida. Sois forjadores de hombres, acompañantes de personas en proceso de maduración, guías de jóvenes que necesitan dar sentido a su vida.

Nuestro ejemplo y modelo es el Señor Jesús, el único Maestro de la humanidad. Debemos ser “maestros” al estilo de Jesús, que no solo enseñan conocimientos, sino que indican el camino a seguir y orientan sobre el sentido de la vida, del que tantos jóvenes carecen hoy.

En este curso la tarea va a ser diferente, debido a la situación de pandemia. Es un reto añadido a la tarea educativa, pero debemos afrontarlo con naturalidad. La misión no resulta fácil, pero tenéis la gracia del Espíritu, que os fortalece y os ilumina.

 

3.- Entre las Prioridades pastorales para el presente curso está la de “Ser cristianos en el espacio público: el mundo de la educación”. Vosotros, queridos profesores, padres y educadores, tenéis una hermosa misión en este mundo de la educación. En el espacio público hay un déficit de presencia cristiana, como han señalado los últimos pontífices y también el episcopado español.

Existe un fenómeno que algunos han calificado como la «espiral del silencio», que tiene como consecuencia negativa la invisibilidad de la fe. En nuestro contexto cultural actual se expresa la fe en la vida cotidiana de manera inusual y con cierta reticencia a su manifestación explícita. La propuesta de la fe parece a muchos una injerencia, una acción beligerante, una imposición, cuando no es expresión del folklore, de la tradición o del culto religioso.

La falta de expresión de la fe en el espacio público ayuda al proceso de secularización, rebaja la valoración de lo religioso y merma la capacidad que la fe tiene de generar cultura; porque el cristianismo se hace presente en todas las culturas, transformándolas, iluminándolas, purificándolas desde la luz del evangelio y haciéndolas más humanas.

Queridos profesores cristianos, estáis llamados a vivir la fe católica, a profesarla en vuestros ambientes familiares, sociales y culturales; y, sobre todo, a dar testimonio de ella en el ámbito educativo.

El día 15 de octubre próximo se celebrará un evento, que debía haberse celebrado en el pasado mes de mayo, sobre el Pacto Educativo Global, promovido por el papa Francisco para generar a través de la educación “un cambio de mentalidad a escala planetaria”. Se podrá participar en este acto de manera virtual, abierto a todos y en directo en el canal de Youtube de Vatican Media.

 

4.- San Pablo invita a los Filipenses a tener los mismos sentimientos de Cristo (cf. Flp 2,5). Aprendemos a decir sí con alegría y prontitud, para cumplir después con fidelidad la palabra empeñada. Digamos sí a Dios, como Jesús hizo la voluntad del Padre despojándose «de sí mismo tomando la condición de esclavo, hecho semejante a los hombres» (Flp 2,7); y entregando su vida hasta la muerte de cruz (cf. Flp 2,8).

Podemos revisar nuestra vida y preguntarnos cómo es nuestro compromiso bautismal, cómo es nuestro “sí” a Dios, qué negligencias tenemos, qué incongruencias encontramos entre lo que decimos y lo que hacemos.

Digamos sí al Señor como María, que puso toda su vida en las manos de Dios. Ella se fio de la Palabra que le anunciaba la maternidad divina y respondió con presteza. Ella se mantuvo fiel discípula desde la encarnación de su Hijo hasta su muerte en la cruz.

Pedimos a Jesús, Palabra eterna del Padre, el Amén, el Sí constante a Dios, que nos enseñe a ser prontos y generosos en nuestra respuesta, y fieles y constantes en nuestras vidas; y que nos convierta en verdaderos testigos de la fe cristiana en el ámbito educativo. Amén

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